Comemoscas

Publicado el 07 junio 2013 por Cronicasbarbaras

Ante el crecimiento de la población mundial, la ONU nos recomienda comer moscas, gusanos, todo tipo de insectos, y medusas mar, esos animales traslúcidos y gelatinosos que están apoderándose de las playas.

Habrá que hacerlo porque cada vez hay más gente, sobre todo por las zonas pobres del mundo, que exige sentarse a comer.

La FAO, la oficina de alimentación de la ONU, señala que actualmente hay mil millones de personas menos hambrientas que hace dos décadas, a pesar de haber aumentado la población del planeta en 1.200 millones.

Con este crecimiento es lógico que terminemos comiendo larvas en Occidente, donde los ecologistas rechazan el cultivo de los alimentos transgénicos, una de las causas de la reducción del hambre en los países pobres.

Puestos a comer insectos sólo tendremos que copiar milenarias recetas chinas creadas para saborearlos y disimular que son animales tan poco seductores como nuestras centollas o los caracoles: es una cuestión de la necesidad que ccrea cultura.

La exquisitez de la comida china se debe al hambre que se pasaba cíclicamente allí, que obligó a aderezar todo tipo de bichos repugnantes de manera que resultaran agradables en boca.

Tanto, que en muchas partes del país hay restaurantes especializados en insectos, desde el huevo y el gusano, hasta el cazado en vuelo.

Hay postres con renacuajos u obesas sanguijuelas de sangre, como las morcillas, en bizcocho, licores y miel, y es de mala educación rechazarlos.

En Centroamérica también se saborean gusanos y moscas, los mejores, con chile chipotle. La inanición con picante elimina los ascos.

El hambre obliga a comer cualquier cosa: adaptados a la contemporaneidad, los chinos reconocen que comen todo lo que vuela, menos los aviones, todo lo que corre, menos los trenes, y todo lo que nada, menos los submarinos.

Quizás algún día debamos hacer lo mismo nosotros. Antes de volver a la antropofagia de nuestros antepasados.

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