Publico a continuación una respuesta esgrimida a un hermano separado que dice haber sido católico en el pasado, y que en youtube me cuestionaba sobre ciertos temas de la doctrina católica: El Sacrificio de la Misa, la salvación y el papel del purgatorio, la existencia del sacerdocio ministerial, etc. Por lo extenso de su comentario aquí lo omito, pero en resumen este hermano protestante lanzaba las ya conocidas objeciones del neoevangelicalismo, donde, debido a una falsa y errada concepción de lo que creemos los católicos, sostienen premisas falsas, como por ejemplo afirmar que en la Misa decimos "sacrificar a Cristo" porque no creemos en la suficiencia perfecta de su sacrificio en la cruz o sostener que para nosotros el purgatorio es una especie de segunda oportunidad donde la persona se salva por sus propios sufrimientos haciendo nulo y vano el sacrificio de nuestro Señor, lo que, por supuesto, es totalmente falso.
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Luis, me bastó leer las primeras líneas de tu respuesta para confirmar que desconocías profundamente la fe católica que abandonaste y que por eso mismo la abandonaste, porque nunca la llegaste a conocer.
¿Dices que nos pasamos sacrificando a Cristo por no reconocer su único sacrificio? No, no volvemos a sacrificar a Cristo; si te hubieras tomado el tiempo de conocer la fe apostólica antes de abandonarla, sabrías que la Iglesia católica habla del Sacrificio de Cristo como uno realizado DE UNA VEZ Y PARA SIEMPRE, único, irrepetible, perfecto.
Lo que hacemos en la Santa Misa, ese culto instituido por Jesús en la última cena, es RENOVAR el Sacrificio, ¿qué significa esto de renovarlo? ¿Volverlo a sacrificar, acaso? De ningún modo, renovarlo significa hacerlo presente, traerlo al aquí y al ahora, para que ese Sacrificio Perpetuo, que ya por sí mismo es suficiente, nos sea aplicado a nuestras vidas actuales. Por eso decimos que la Misa actualiza el Sacrificio de Jesús, lo hace actual, pone a nuestra disposición los méritos salvíficos a pesar de que la crucifixión ocurrió hace casi dos mil años,y de este modo, actualizándolo, la gracia infinita de la obra perfecta de Jesús que viene de la cruz, llega a nuestras vidas y es aplicada en el aquí y ahora.
Pero bueno, ustedes creen que ese efecto lo consiguen haciendo la oración de la salvación, nosotros preferimos seguir lo que Cristo instituyó, "hagan esto en memorial mío" (aunque ustedes creen que un memorial es un simple recordatorio, pero bíblicamente un memorial también es un sacrificio, una ofrenda, y lo demuestro hasta con biblia protestante):
"Y tomará el sacerdote de aquella ofrenda lo que sea para su memorial, y lo hará arder sobre el altar; ofrenda encendida de olor grato a Jehová" Lev. 2, 9".
"Y el sacerdote hará arder el memorial de él, parte del grano desmenuzado y del aceite, con todo el incienso; es ofrenda encendida para Jehová." Lev. 2, 16.
El memorial cristiano, el memorial del Nuevo Testamento es CRISTO mismo, puesto que no existe ofrenda más pura y perfecta que Jesús.
En cuanto al purgatorio, te veo seguir armando muñecos de paja, o sea, luchando contra una idea falsa que tienes de nuestra doctrina y no contra nuestra doctrina tal y como la tenemos. Ya te dejé claro que el purgatorio no es para salvarse, por lo tanto es absurdo que quieras poner esta doctrina en contradicción con la obra redentora de Cristo en la cruz del Calvario. El purgatorio es para que, POR LOS MISMOS MÉRITOS DE CRISTO, por la misma obra que hizo Cristo derramando su sangre por nuestra salvación, las manchas con las que hayas muerto a razón de pecados menores, te sean lavadas con la misma Sangre del Cordero, para que entres puro al cielo, porque nada manchado entrará en los cielos (Ap, 21, 27).
Si hoy cometes un pecado y pides perdón ¿en función de qué se te perdona? En función de los mismos méritos de Cristo en la cruz, ¿pero qué pasa si cometes un pecado y mueres repentinamente? ¿Puedes entrar así al cielo? No, pero sí puedes ser lavado de esa mancha por la Sangre del Cordero, pero no aquí, porque ya no estarías aquí, sino en el purgatorio, si bien serás salvo, "pero como por el fuego" (1Cor 3, 15).
Lo de los sacerdotes, si dices que ya no pueden haber sacerdotes, pues estás negando una verdad básica de la fe cristiana, según la cual todos hemos sido constituidos en profetas, sacerdotes y reyes, solo que, algunos ejercen su sacerdocio de manera ministerial.
Porque como dice San Pablo, a ellos los constituyó ministros, para administrar los misterios de Dios: "el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica." 2Cor. 3, 6.
"Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios" 1Cor 4, 1.
¿Y qué misterio más grande pueden administrar los Ministros si no el Misterio Eucarístico? Tienes toda la literatura patrística para atestiguar que la Eucaristía era entendida como Misterio en la Iglesia primitiva.
En cuanto a lo de "SUMO Sacerdote", pues la propia expresión lo dice, si es SUMO, o sea EL MÁXIMO, es porque hay otros a su servicio. Jesús es nuestro Sumo Sacerdote, los otros son constituidos Ministros para participar ministerialmente (valga la redundancia) del Sacerdocio de Cristo.
Saludos.
Alfredo Rodríguez