27/07/2012By Mario Dehter
En la línea de salida
Más del 50% de las personas adultas enfrentamos circunstancias en las que tenemos que volver a empezar. Tu negocio no funciona, has perdido el empleo o lo estás a punto de perder, te acabas de divorciar, has enviudado, emigras a otro país o todo lo que te rodea ha cambiado. Cualquiera de estos motivos podrían ser alguna de las causas para comenzar de nuevo tu actividad profesional, tu relación de pareja, o integralmente —desde la raíz— tu forma de vivir.
Tener que empezar de nuevo es diferente a la elección de volver a empezar. Para aquellos cuyas vidas se encuentran repentinamente en el caos a causa de desastres naturales, o han quedado atrapados en medio de una guerra, empezar de nuevo no es una opción.
Volver a empezar es mucho más que, simplemente, “perseguir tus sueños”. Es propio de nuestra naturaleza humana, sentirnos más felices cuando nos estamos moviendo hacia una meta. Por este motivo, lo primero es que te comprometas sinceramente con los cambios que se inician al perder o modificarse alguna circunstancia fundamental en tu vida (el amor, la salud, el trabajo, la economía…).
En lugar de sentenciar un dictamen, por el que estableces que los adultos no somos capaces de volver a empezar a vivir, trabajar o amar de otra manera, ¿por qué no mirar que hay algunas facetas de tu vida en las que te gustaría empezar de nuevo?
Volver a empezar es darte la oportunidad de ser feliz. ¡Tienes derecho a ser feliz! Debes aceptarlo y ser valiente para aprender cosas nuevas y maneras diferentes de hacer las cosas.
Los finales de cosas importantes en nuestra vida no tienen por qué ser acontecimientos malos.
Los finales de cosas importantes en nuestra vida (un empleo, un negocio, una relación de pareja, una pasión) no tienen por qué ser cosas necesariamente malas que nos ocurren. Podría ser que una disrupción (ruptura o quiebre), sea el motivo para comenzar algo mucho mejor.
Si el año pasado fue el mejor de todos los que llevas vividos, el próximo año te podría dejar mordiendo el polvo. De la misma manera, reflexiona en este instante, si estás atravesando el peor año de tu vida ¿qué te impide que el próximo año tú seas una persona libre de ataduras realizando lo que te beneficia?
La cuestión está en tomar la decisión, elegir, volver a empezar y no quedarse permanentemente detenidos en la “línea de largada” de la nueva carrera que nos toca emprender.
5 claves para volver a empezar sin dramatismo.
Veamos cinco claves para que “volver a empezar” resulte más fácil, no luzca como algo dramático y sea menos peligroso de lo que parece ser. Piensa que hoy, ahora mismo, es un momento emocionante para modificar tu estilo de vida o la forma de hacer algunas cosas insatisfactorias.
UNO. Considera que no es lo mismo “volver a empezar”, que “corregir un error”. El cambio de empleo, de actividad profesional, de lugar donde vivir o de pareja: es un nuevo comienzo; no se trata de continuar aplicando parches a situaciones pasadas. Este enfoque mental es útil, ya que te impide malgastar tiempo elucubrando juicios de valor sobre tus decisiones mal tomadas o comportamientos que no se pudieron evitar ante alguna disrupción que provocó un cambio radical (quizás repentino) en tu vida.
DOS. En general, salvo muy raras excepciones, moverse a través de la vida es como subir una escalera escalón a escalón. Es necesario tener un poco de paciencia con uno mismo y con la nueva dirección en la que se decide emprender el nuevo camino.
TRES. En este mismo instante, comienza una nueva década. No hay que esperar a la noche de año nuevo del próximo decenio para desear venturosos años futuros. Ahora mismo, es posible lograr un cambio, si te acercas a la nueva meta por el camino correcto. A veces pequeñas ideas pueden convertirse en grandes cosas. Como dice la canción de will.i.am“podemos ser cualquier cosa… se pueden vivir cosas grandes, tú puedes hacer cosas grandes”.
CUATRO. Empezar de nuevo puede provocar miedo, pero en realidad es un motivo de celebración. Piensa en ello como un desafío excitante; el placer desvanece los sentimientos de ansiedad negativa. Los “expedicionarios” elaboran un plan para salir a explorar y no lanzarse como aventureros. No hay necesidad de ser un “aventurero intrépido”; vale la pena ser un “curioso explorador”.
CINCO. Ten presente que tu futuro está condicionado por tu pasado. Cambia “el chip”. No importa lo que ha sucedido en tu vida, tú puedes encontrar una manera de hacer las cosas un poco mejor por tu propia cuenta, sin necesidad que nadie te indique en qué dirección ir, cuántos pasos dar, en qué momento debes volver a empezar y cuándo te vas a detener.
Qué es lo peor que puede pasar? En el peor de los casos, vas a practicar las habilidades que necesitas para volver a empezar tu próximo proyecto.
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