Aceptamos que esa frase puede ser aplicable para cualquier otra cosa, excepto para la Iglesia de Cristo, pues Jesús, el mismo Dios encarnado, le dio una promesa a su Iglesia: que las puertas del infierno no prevalecerían contra ella, así que en este caso, la antigüedad de la Iglesia sí es garantía de permanecer en la verdad, y puesto que la Iglesia católica es la única que puede demostrar por medio de la historia su origen en la primera comunidad apostólica establecida por Cristo, permanencer en comunión con ella nos garantiza estar en ese Cuerpo Místico y Universal que Jesús jamás permitirá que sea derrotado por el padre de la mentira.
Imagen para compartir en redes: