COMENTARIOS SOBRE LA SERIE DEREK
Por Lautaro Olivera
¿Por qué de repente te va a interesar ver un show protagonizado por un tipo con alguna especie de retraso mental, que labura en un geriátrico?
Because…Ricky Gervais.
El multifacético y provocador guionista, director, actor, humorista, conductor de los Golden Globes (o lo que vos quieras que sea) cuya aparición más popular parece estar dada por su protagonismo en The Invention of Liying (película de 2009) nos dejó en la pantalla de Netflix, lo que parece ser hasta ahora su proyecto más emotivo y sensible: Derek.
Sí, Derek parece padecer de un retraso mental. Sí, trabaja en un asilo de ancianos. Y sí, la serie no se limita a eso. En primer término porque “parece” que padece. Si entendemos el “padecimiento” como una suerte de sufrimiento o si lo consideramos como una etiqueta propinada desde el afuera, ninguna de las dos cosas son demasiado explicitas o puntualizadas a lo largo del show, otorgándole al protagonista una personalidad que va más allá de ese detalle que es lo primero que sinceramente, va a llamar la atención. Derek tiene sus problemas de adaptación seguramente, pero encuentra en el asilo y en el trabajo con los viejitos, un lugar donde estar perfectamente adaptado, ser útil y uno de los mejores, más respetados y queridos del hogar. El asilo es el que al final, termina tomando el protagonismo de la serie. Como bien hiciera con The Office en sus comienzos en el mainstream, Gervais retrata con bastante fidelidad y gracia, lo que sucede en un hogar de retiro: en este caso el lugar, es el protagonista.
¿Qué sucede ahí? Problemas. Un remar contra la corriente constante en el que se debe luchar contra la burocracia de un sistema desinteresado en el hospicio, y la vida cotidiana de una institución solo sostenida por el gran corazón de su directora Hanna, (la actuación de Kerry Godliman es sensacional) todo el tiempo pendiente de mantener el lugar a flote cediendo por eso prácticamente todo el resto de su vida, y de los disfuncionales laburantes del lugar, una serie de tipos muy particulares que cada uno con sus temas, serán lo más colorido de cada episodio.
Derek muestra la vida cotidiana de un asilo, así como The Office retrataba la vida en una oficina. Pero bueno, no tanto. Y es que lo más particular de esta, es que no se parece demasiado ni a The Office, ni a Extras, ni a Life is too short, las series predecesoras creadas por Gervais y a mi entender el terreno adonde mejor se desenvuelve. Por un lado porque no abundan los chistes situacionales y porque, la comedia si bien es parte importante del programa es menos efectista y más sutil en su presencia. Y por otra parte porque dejándose llevar por el espíritu del lugar, la “comedia” va tirando más para el lado de tocar una fibra sensible, emotiva. Y es ahí cuando nos damos cuenta de que a pesar de sus esfuerzos por socializar una institución más de las veces invisibilizada, adonde por lo general nadie quiere ir, el programa es realista y se deja llevar por lo difícil del lugar, por lo dificultoso de llevar adelante una institución sin recursos y a puro pulmón y fundamentalmente, por como por esta, siempre parece estar sobrevolando y al caer, la amenaza de la muerte.
Muy graciosa por momentos, provocadora, pero fundamentalmente emotiva, así resulta Derek. Haciendo foco en las relaciones que se dan en una institución que ofrece asilo a personas de la tercera edad y cómo sus trabajadores más o menos disfuncionales logran allí un lugar de inserción donde hallarse y resultar útiles: es un programa al que hay que darle una oportunidad. Recomendable porque es inglesa y alcanza a la módica suma de 14 episodios de media hora, en sus dos temporadas. Y claro, porque es un producto de Ricky Gervais. Pero eso sí, bastante distinto a todo lo anterior que conocemos de él. Para verla pero sabiéndose listo para recibir en cada uno de los episodios, el medioambiente triste y el clima de altísima emotividad, que la serie propone.