Cuando el conductor cometa la falta de tránsito respectiva, un oficial se comunicará vía radio para solicitar que una patrulla detenga la marcha del vehículo y se le imponga la multa correspondiente.
Con esto se busca reducir el número de accidentes que se registran en la capital potosina debido al manejo imprudente y la falta de cultura vial.
La autoridad pide a los potosinos respetar el límite de velocidad el cual muchas veces es superado de forma excesiva causando siniestros y pérdida de vidas humanas.
Sin embargo otras voces se oponen a estas medidas argumentando que el único fin de los operativos es el del recaudar más recurso aprovechando la falta de cultura del potosino para conducir, sumado a que en la entidad se expiden licencias de conducir únicamente con el mismo fin de recaudar impuesto, pues no existen filtros ni exámenes para los ciudadanos.
Estudios internacionales han comprobado que la Policía Vial es el cuerpo más corrupto de autoridad en América Latina, principalmente a que puede aplicar las multas y sanciones a discrecionalidad y sin comprobar el acto, dando paso a actos de extorsión y corrupción.
Es decir, no existen pruebas más allá que el dicho del oficial para señalar una infracción, lo que da paso a falsas acusaciones que tienen con fin principal extorsionar al ciudadano. Lo peor de todo es que se ha comprobado que dicha práctica inclusive se hace de forma sistemática y con el conocimiento de los superiores.
Por Carlos Garrigós @Pukkov