El fútbol le debía a Africa una copa del mundo. Ayer durante la ceremonia, llena de colorido y alegria, pudimos ver el orgullo de un pueblo en su máxima expresión. Fuimos testigos de la ilusión que despierta en los niños y no tan niños, la llegada de un fenómeno de masas como es un mundial. No soy un ingenuo. Se que detrás de toda esta parafernalia, están las televisiones, los patrocinadores y un sinfín de soplagaitas trincando billetes a base de bien. Son engreidos chupopteros, engominados hasta las cejas y que conducen Audis TT repleto de chorraditas. Curiosamente a pocos kilometros de distancia, la explotación infantil es el pan nuestro de cada día, cuando miles de criaturas son empleadas vilmente en la extracción del coltán, mineral indispensable para la fabricación de esos móviles tan chusqueros con los que se pasean ejecutivos, futbolistas y políticos.
Pero vamos, tampoco nos escandalizaremos por esto. Hubiera ocurrido lo mismo de celebrarse el Mundial en Perú, China o Brasil. Es la mierda de sociedad en la que vivimos, donde el consumismo y la busqueda del bienestar excesivo, destruyó los pilares más básicos en los que debe sustentarse el individuo, la solidaridad y la generosidad.
Sin embargo todo esto ahora, por desgracia, queda en un segundo plano. Africa nos ha recordado la esencia de este deporte. El fútbol, tal como lo entendemos por estos lares, es un negocio primero y un deporte después. Es la competitividad primero y la educación al final. Ayer, la selección de Sudáfrica, Bafana-Bafana, bajó del autobús bailando y cantando. Incluso en el tunel que da acceso al estadio, se veia a los Surafricanos danzando al unísono, disfrutando de la magia del momento. Eso es el fútbol, esa es la esencia de cualquier deporte. El deporte es salud, el deporte es integración, el deporte es bienestar y liberación.
En cuanto al fútbol se refiere, México empató con la anfitriona. Surafrica perdonó en la segunda parte un par de ocasiones clarísimas. Aún es una selección verde, sobretodo en tareas defensivas, donde ejercen de hermanitas de la caridad. La segunda parte de Bafana.Bafana fue espectacular, con un ritmo de balón muy alto y una velocidad de ejecución tremenda. Eso sí, enfrente tenían a un conjunto mexicano lento en defensa y casi improductivo en ataque, donde solo el ex-blaugrana Dos Santos le puso salsa al asunto.
También empató Francia ante Uruguay. Los franceses lentísimos en la creación y con muy poca profundidad. Los uruguayos muy seguros en defensa, pero carentes de alguien con un mínimo criterio en el centro del campo. Partido soporifero que terminó igualmente en empate. Para mi, este es uno de los grupo más flojitos en cuanto a nivel futbolístico.
Hoy plato fuerte a las 16, Argentina - Nigeria.