En el día de ayer, Silvestre Santé y un servidor nos fuimos a comer al local de la cadena de hamburgueserías La Pepita Burger Bar. Aunque personalmente ya contaba con la experiencia de haber comido en los establecimientos de esta cadena en A Coruña y Ourense, era la primera vez que nos acercábamos al establecimiento compostelano de este grupo.
En la compostelana y céntrica Plaza de Galicia (tristemente célebre en el pasado por El derribo del edificio Castromil), se sitúa dicho local, que nada más entrar, llama la atención por su curiosa forma en L invertida (un local en el que antes había una marisquería). En cuanto a la decoración, de la misma que en el resto de locales de esta cadena, podemos apreciar toques industriales y bastante uso de toques que recuerdan a madera.
Vayamos ya a analizar la comida que degustamos en este local, regada con unas buenas dosis del refresco de cola más conocido del mundo. De entrante para compartir, pedimos unas Bitterballen, que a pesar de lo germanizado que suena esta denominación, es muy fácil explicar que detrás de este nombre se encuentran unas croquetas de carrilleras, acompañadas con salsa de mostaza, que estaban muy buenas. Mirad que buena pinta tenían:
Pero llegaba el momento decisivo de este local: el momento de probar las hamburguesas que habíamos pedido. Antes de ese momento, llegó el acompañamiento de dichas hamburguesas, que en ambos casos consistieron en unas patatas fritas gruesas (con piel) acompañadas de dos salsas caseras: una mayonesa de ajo asado, y una salsa de chipotle picante (que no es tan picante como pueda parecer), y que estaban muy buenas.
La mayonesa de ajo asado se encontraba oculta detrás de cada uno de los cuencos de patatas, siendo la salsa de color rojo la salsa de chipotle picante
¡Que vengan ya las hamburguesas! Es algo que nos pasó por la mente durante un ratito, pero valió la pena esperar. Por parte de Silvestre Santé, tocó una Pepita Reily, una hamburguesa con carne de ternera acompañada de bacon, pepinillos, queso cheddar, salsa barbacoa, lechuga, tomate y cebolla roja. Personalmente ya tuve la experiencia de probar esta hamburguesa en ocasiones anteriores, y la verdad es que está muy bien, aunque yo no me acabo de llevar muy allá con los pepinillos. Por parte de un servidor, tocó una Pepita Pampera, una hamburguesa con carne de ternera acompañada de queso provolone, salsa chimichurri, lechuga, tomate y cebolla, todo ello metido en un pan artesano. Un sabor bastante consistente pero muy bueno. Mirad que buena pinta tenían ambas hamburguesas:
Y sintiéndolo mucho en lo más profundo de nuestro corazón, no tomamos postre. Lo siento, pero es que ya estábamos llenos con todo lo anterior y, además, me da la sensación de que tanto Silvestre Santé como un servidor deberíamos de cuidar un poco nuestra línea, me parece que ambos lo necesitamos. Además, así tampoco vaciamos excesivamente nuestros bolsillos a la hora de pagar cuenta, la cual, por cierto, la traen de una manera muy curiosa a la vez que vintage:
Sin más dilación, habrá que terminar esta entrada, no solamente porque no creo que haya mucho más que decir, sino porque también tengo pendiente de hacer un post sobre mi asistencia a la II QuedadaCoruña y nuestra asistencia al VIII CoruñaBloggers, un post que seguro que media Coruña (y sobre todo, la gente implicada en estos eventos, tanto en la organización como en los asistentes) está esperando impacientemente, y que espero publicar próximamente. Saludos
Simón de Eiré
PD: dar las gracias a Silvestre Santé, que me ayudó mucho en el tema fotográfico
Más información:
http://www.lapepitaburgerbar.com/
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