Comic Review – Crononautas de Mark Millar y Sean Gordon Murphy

Publicado el 29 junio 2017 por César César Del Campo De Acuña @Cincodayscom

Comic Review…por César del Campo de Acuña

Crononautas de Mark Millar y Sean Gordon Murphy

Si son habituales de www.cincodays.com, especialmente de la sección en la que me dedico a opinar sobre los cómics que leo, se habrán percatado de que me gusta Mark Millar. A excepción de American Jesus y Jupiter´s Legacy he comentado todas y cada una de las obras que, más o menos, se adscriben al Millar World. Algunas me han gustado mucho, otras menos y en algunos casos una segunda lectura ha acribillado a balazos el buen recuerdo que tuviera de la historia en cuestión. Pero, a pesar de todo, cada vez que uno de sus cómics llega a las librerías especializadas paso, gustosamente, por caja y eso que MPH me pareció una tomadura de pelo importante. El caso es que, a pesar de mi propensión a escrutar con lupa los lanzamientos mensuales de las diferentes editoriales y a tener en buena estima al autor escoces, uno de sus trabajos escapo totalmente a mi radar. Me refiero, como no podía ser de otro modo, a Crononautas un tebeo que firma junto a Sean Gordon Murphy (Punk Rock Jesus) y que fue publicado originalmente entre el 18 de marzo de 2015 y el 10 de junio del mismo año por Image Comics.

Evidentemente, y a pesar de que poco a poco me estoy convirtiendo en uno de esos aficionados que compran más tebeos de los que realmente les da tiempo a leer, termine haciéndome con Crononautas. Sabiendo que era de Millar y que se trataba de una obra adscrita al MillarWorld no dude en ponerme con ella a los pocos días de depositarla en mis estantes ya que, otra cosa no, pero el estilo del autor escoces a la hora de escribir es directo y sin ambages por lo que sus comics resultan extremadamente agradecidos a la hora de pasar las páginas. ¿Y qué me encontré en su interior? Pues una historia un tanto descafeinada que mira a la cara directamente a una futurible versión cinematográfica de un concepto que, en esta ocasión, no parece una vuelta de tuerca a una evidencia. La trama nos presenta a dos científicos que, tras inventar uno de ellos un satélite que viaja por el tiempo y el espacio, se embarcan en la primera misión tripulada a través del tiempo. Ataviados con unos trajes que les permiten saltar de época a época, uno de ellos termina perdido en el pasado. Su compañero no dudara en ir a rescatarlo pero una vez se encuentra con él se lleva una sorpresa.

A grandes rasgos, y con el objeto de no estropearles la lectura, esa es la trama de Crononautas, una obra en la que Mark Millar se mete en el berenjenal de los viajes en el tiempo con poco acierto. Como autor puede hacer lo que quiera, faltaría más, pero descoloca que se salte todos los aspectos relativos a los viajes en el tiempo con los que está familiarizado el consumidor del fantástico. Las líneas temporales abiertas por los protagonistas del relato abrían destruido la realidad de la que ellos parten pero Millar, mirando hacia otro lado, se sacude el problema de encima como el que espanta a una mosca apostando por una explicación que suena más a excusa por la personalidad que les dio a los dos viajeros del tiempo. ¿Y porque excusa más que explicación? Los científicos creados por Millar para esta historia son guapos, decididos, valientes, inteligentes, irresponsables y amorales…estrellas del rock de la física cuántica que no dudan un segundo en abandonar su causa de estudio por ser alguien en tiempos pretéritos al pensar que en su presente no hay nada bueno esperándoles.

Y ese precisamente es el mayor problema de la historia. Los personajes resultan odiosos por su actitud. Tampoco hay un villano que nos haga sentir cierta afinidad por ellos y su actitud de tipo enrollado salido de la década de los 90. Afortunadamente, el dibujo de Sean Gordon Murphy convierte la que, a mi juicio y siempre junto a MPH, es la peor obra de Millar en un comic notable, al menos en el aspecto visual. El estilo de Sean Gordon Murphy es una suerte de caos controlado que funciona a la perfección con el vertiginoso ritmo que le imprime Millar a los cuatro números que componen esta serie. Ese bosquejo detallado del que hace gala el artista salta a los ojos con especial relevancia en las páginas en las que nuestros protagonistas están siendo perseguidos por el espacio tiempo por un grupo de agentes llegados del presente de los dos “carismáticos ” prófugos. Por otro lado, no puedo dejar pasar por alto el excelente trabajo realizado por Matt Hollingsworth con el color. El colorista, ganador de un Premio Eisner, escoge preponderar las tonalidades cálidas dando vida y a la vez quietud a la aventura propuesta por Millar.

¿Quiere decir todo lo que he escrito que no recomiendo Crononautas? ¿Es al menos divertido? Contestando a la primera pregunta debo decir que ni si, ni no. Si son incondicionales de Millar seguro que les gustara y si están buscando una aventurilla rápida, sin demasiadas pretensiones y/o lecturas seguro que disfrutaran de la propuesta. Pero, si están buscando ese algo más, ese mordiente que solían tener las primeras obras de Millar o buscan sorprenderse con una vuelta de tuerca que les deje extasiados mejor busque en otros tebeos. Y, contestando a la segunda pregunta, debo decir que en cuanto a diversión va sobrado de ella. La narración es endiabladamente rápida (e insustancial), por lo que resulta extraordinariamente agradecido de leer. Pero, si no fuera por sus ganas de entretener con disparates históricos la velocidad que marca Millar no sería en absoluto ameno para el lector. Macarrada…si, ese término, ese término que detesto, es el que mejor define, una vez más, a una obra de Mark Millar, un tipo que está más centrado en la industria del cine que en la del cómic ya que todos y cada uno de los conceptos que lanza últimamente parecen gritar a los ejecutivos: COMPRADME.

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