El impulso primero para cogerlo y ojearlo fue ver impreso en el lomo el nombre de Robert Kirkman. Este señor es un conocidísimo guionista de cómics estadounidense. La mayoría de los no-muertos como yo, lo conocemos por su éxito con The Walking Dead y el resto de los mortales también lo conocen por la versión en formato serie televisiva. Pero al leer más atentamente se comprueba que lo único que hace el bueno de Kirkman es presentar este cómic que no es obra suya ni muchísimo menos. Él sólo se autoproclama descubridor de nuevos talentos a los que publica en su nuevo sello editorial.
Total, que de nuevo he caído en la trampa del cada vez más descarado márketing engañoso. Pero en esta ocasión me alegro enórmemente de su implacable eficacia porque me ha parecido un trabajo fantástico tanto del guionista (Brandon Seifert) como del dibujante (Lukas Ketner), ambos nuevos en estos menesteres. Nadie lo diría.
El Dr. Morrow (Witch Doctor) está buscando una vacuna para el Apocalipsis. En su búsqueda para intentar comprender la biología de lo sobrenatural se enfrenta a vampiros, posesiones demoníacas, hadas y mucho más.
Totalmente recomendable.
Si te gusta el género, claro.