Por ello, pasado un tiempo, la editorial llegó a un acuerdo con algunos de esos autores para cederles algunos de sus personajes más populares, haciendo bueno aquello de si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. El esperpento que se llamó Heroes Reborn no saldría bien, pero mientras tanto, Marvel tenía un hueco editorial y creativo, que debía cubrir. Así, tras la saga de Onslaught, en la que desaparecieron algunos de sus principales héroes, series como Ka-Zar, Héroes de Alquiler, Hombre Cosa, la nueva Alpha Flight, intentaban paliar, en el Universo Marvel, la carencia de sus principales héroes, a los que se creía muertos.
Evidentemente, la calidad de estas colecciones y de esos autores no era la misma, y todas ellas durarían pocos episodios. Sin embargo, la excepción a la regla fue Thunderbolts, de Kurt Busiek y Mark Bagley. Su primera aparición fue en el Hulk de Peter David, en The Incredible Hulk nº 449 USA, de 1997 y era, aparentemente, un nuevo grupo de héroes que venían a cubrir el sitio de los Vengadores. Sin embargo, no eran lo que parecían ser…
En un giro insospechado de la historia, la última e impactante viñeta del primer número de su colección nos mostraba la verdad: Ciudadano V era el Barón Zemo hijo, Match 1 era El Escarabajo, Atlas era Goliat, Tecno era El Arreglador, Meteorito era Piedra Lunar y Pájaro Cantor era Mimí Aulladora, todos ellos viejos conocidos del Universo Marvel, supervillanos en toda regla que habían aparecido muchas veces luchando contra los héroes. Sus planes y objetivos, una incógnita…
En una época en que se llevaba mucho la espectacularidad y poco las historias, Kurt Busiek se atrevió a mostrar algo diferente, llevando la historia desde su planteamiento hasta su lógico desenlace, y demostrando que había otra forma de editar superhéroes. En los dibujos, Mark Bagley, toda una garantía de calidad. Huyendo de la grandiosidad, su estilo es más bien sobrio y clásico, y su buen hacer narrativo es su mayor fuerte, dejando claro que los dibujos no deben tapar lo importante, la historia.
Busiek abandonó los Thunderbolts en su número 34 USA (la dirección artística pasaría en el número 50 USA a Patrick Zirche, que intentó emular el estilo de Bagley) y Fabián Nicieza, lo sustituyó, hasta el último número, el 75. Bajo su dirección, los personajes cambiaban de rumbo cada cierto tiempo, y quizás esa inestabilidad fue la causa de su cancelación, pero pese a que sus historias no eran del mismo nivel que las de Busiek, su calidad era bastante mayor que muchas de sus colecciones contemporáneas, siendo todo su conjunto un buen material.
Recientemente, Panini ha empezado a reeditar Thunderbolts en su colección Extra Superhéroes. Pese a que no soy muy partidario de reducir el tamaño original de publicación, es una buena opción de compra, a la espera de que se decidan a publicar la serie en su totalidad.