Decía ayer Florentino, que el Real Madrid apostaba por Mourinho para liderar un nuevo proyecto. La verdad, causa cierta perplejidad escuchar a dirigentes, que además son empresarios de reconocido prestigio, hablar de proyectos como si fueran pipas o pistachos, ya saben, crack, comer y escupir en dos segundos. Está claro que uno que les habla, en poco o nada puede compararse al tio Gilito del fútbol español y por supuesto, no soy nadie para explicarle al mandamás blanco, que es un proyecto.
En mi empresa, un proyecto equivale a la fijación de un objetivo que debe ser alcanzado en un plazo determinado. La empresa pone a disposición del responsable de turno, una serie de medios destinados a que el proyecto cuaje en el menor tiempo posible. No obstante, el plazo no solo lo marcan tus activos o tus estrategias. El entorno, la competencia, el factor suerte, las dificultades en una palabra... son elementos que también inciden en los plazos y que no se pueden obviar por capricho o impaciencia. Una vez todo estudiado pormenorizadamente, se fija el calendario pudiendo establecer, días, semanas, meses o años en función del tipo de negocio del que hablemos.
En esto del fútbol es difícil aplicar todos estos criterios empresariales. El accionista, el socio de la entidad se mueve por valores muy distintos a los de una empresa al uso. El socio de un club de fútbol quiere victorias y títulos. Usan el fútbol como elemento de distracción, como recurso amnésico destinado a olvidar su día a día y hacer más llevadera la monotonía laboral, familiar o social. Lo último que necesita un socio o un aficionado futbolero, es que su equipo le de más disgustos que el jefe o la parienta, hasta ahí podiamos llegar. Si encima el maximo rival te pasa la mano por la cara, ni te cuento. A este socio, a este aficionado, no le puedes hablar de proyectos, de futuro o de plannings, el aficionado solo entiende de realidades. Si a todo este mejunje de sentimientos le unes una prensa histriónica, chabacana y dañina, pues da como resultado la imposibilidad material de lograr cuajar proyectos serios en esto del fútbol.
Esto es un poco lo que le pasa al Real Madrid. Plantea proyectos de forma correcta, pero no finaliza ninguno por culpa de la impaciencia general en la que vive sumido el club desde hace ya una década. Pelegrini era un proyecto serio. El objetivo, meridiano, situar al Real Madrid en la élite del fútbol mundial, lugar que nunca debió abandonar. Para ello el club dispone de una serie de medios. En primer lugar contrata a un entrenador o responsable con experiencia, con un estilo de fútbol vistoso que se adapta a la filosofía del equipo. Además, la entidad, contrata a una serie de jugadores excepcionales para que la labor del técnico, sea más sencilla. Hasta aquí todo bien. ¿En que se ha equivocado el Real Madrid? En los plazos. El Real Madrid no ha tenido en cuenta ni el entorno, ni la competencia, ni la suerte...elementos fundamentales para establecer la fecha límite para que tu proyecto tenga éxito. El Real Madrid no tuvo en cuenta el gran momento, histórico diría yo, que atraviesa el Barcelona. No tuvo en cuenta la enorme presión mediática que iba a sufrir el nuevo técnico y el equipo al primer revés serio, no tuvo en cuenta el factor suerte,fundamental en este negocio, que muchas veces determina que la bolita quiera o no quiera entrar...
Mientras el Madrid ningunee estas variables,seguirá fracasando en la busqueda de su identidad, de su proyecto. Ganará o perderá, logrará títulos o no, lo que si es seguro es que el futuro técnico del Madrid, al igual que sus muchos predecesores, seguirá transitando cual funambulista de la vida, por un alambre muy pero que muy fino. Mou, no te vayas a resbalar, debajo, no hay red.