Camaradas,
La Luftwaffe ha desencadenado para asombro del mundo la primera operación aerotransportada a gran escala de la Historia. 280 bombarderos, 150 Stukas, 180 cazas, 500 aviones de transporte y 100 planeadores de la Luftwaffe se han volcado sobre la isla giega de Creta que los británicos han convertido en un último bastión de resistencia contra el Eje en Mediterráneo. En total, 750 tropas de planeadores, 10.000 paracaidistas, 5.000 tropas de montaña aerotransportadas y 7.000 tropas embarcadas han sido asignadas a la operación de invasión que el Führer ha bautizado con el nombre de Mercurio (Merkur), en referencia al dios romano. Por su parte, nuestros enemigos cuentan con 15.000 soldados británicos que componían la guarnición original de la isla además de unas 14.000 tropas de la Commonwealth procedentes de la evacuación de la Grecia continental. 10.000 soldados griegos mal equipados (la mayoría de sus armas pesadas fueron enviadas a Grecia) se suman al contingente Aliado que lidera el General Bernard Freyberg.
El plan alemán consiste en capturar los puntos clave de la isla mediante rápidos golpes de mano de las tropas Fallschirmjäger, incluidos los aeródromos, para que puedan ser empleados a continuación para hacer llegar suministros y refuerzos a la isla por vía aérea. El XI Fliegerkorps de la Luftwaffe tiene la responsabilidad de coordinar el ataque de la 7ª Flieger Division, que encabezará la invasión con sus Fallschirmjäger lanzados en paracaídas o aterrizados en planeadores y abrirá el camino a la 5ª División de Montaña una vez los aeródromos hayan quedado asegurados.
La Operación Merkur ha comenzado a las 7:15 de la mañana después de un brutal bombardeo por parte de la Luftwaffe. Las fuerzas alemanas han quedado divididas en tres grupos: El Grupo Oeste a las órdenes del Comandante General Eugen Meindl, que ha atacado el sector de Maleme, el Grupo Central a las órdenes del Teniente General Wilhelm Süssmann, que ha atacado la Bahía de Suda y Canea y el Grupo Este a las órdenes del Comandante General Julius Ringel, que ha atacado el sector de Heraklion. Al frente de la Operación se encuentra el General Alexander Löhr de la 4ª Flota Aérea (Luftflotte). Sus fuerzas incluyen el VIII Cuerpo Aéreo (Fliergerkorps) al mando del General Wolfram von Richthofen, el XI Fliegerkorps al mando del General Kurt Student y las mencionadas 7ª Flieger División del General Sussman y la 5ª División de Montaña reforzada del General Ringel. En reserva se encuentran algunas unidades de la 6ª División de Montaña. En total 10 grupos de combate aéreo con 453 aviones de transporte Ju-52, 430 bombarderos, 180 cazas y 100 planeadores se han volcado contra la isla griega.
La primera oleada de paracaidistas alemanes ha alcanzado tierra en el sector de Maleme y Canea casi sin incidentes y, en contra de lo esperado, las pérdidas en aviones de transporte han sido muy escasas. Tan sólo 7 de los Ju-52s desplegados han dejado de regresar a sus bases en Grecia. Sin embargo, una vez en tierra, los Fallschirmjäger se han enfrentado a una violenta resistencia. Muchas compañías paracaidistas han quedado demasiado dispersas y han sufrido graves pérdidas, sobre todo durante la primera hora de la invasión, siendo incapaces de organizar ataques coordinados. Una compañía del 3º Batallón del 1º Regimiento de Asalto ha tenido 112 muertos de 126 soldados; antes de terminar el día, 400 de los 600 hombres del batallón han resultado muertos.
Los Fallschirmjäger no han podido capturar la importante Colina 107 cerca del aeródromo de Maleme, que se encuentra defendido por tropas neozelandesas, y han sido vapuleados. La infantería griega cerca de Chania ha resistido también con tenacidad. La infantería aerotransportada alemana que ha aterrizado a bordo de planeadores en terreno rocoso también ha padecido más pérdidas de lo esperado al ser sometida a fuego de mortero segundos después de tomar tierra y ha tenido que ponerse a la defensiva. El General Meindl ha sido una de las bajas del sector, herido en el pecho. Cuando los alemanes en Grecia se han enterado de que Meindl se encuentra fuera de combate, Hermann Bernhard Ramcke ha decidido acompañar a la siguiente oleada de Fallschirmjäger que ha caído Maleme y se ha hecho cargo del sector.
A pesar de las pérdidas, a lo largo del día los Fallschirmjäger han ido reagrupándose y terminado estableciendo posiciones defensivas al oeste del aeródromo de Maleme y el “Valle Prisión” en el área de Canea. Aunque ambas fuerzas aerotransportadas han quedado atascadas y han sido incapaces de conquistar sus objetivos, han logrado obtener finalmente un mínimo de cohesión y los Aliados han tenido que desplegarse para el combate.
Durante la tarde ha llegado una segunda oleada de paracaidistas. Un grupo se ha lanzado contra Rethimmon a las 16:15 y otro contra Heraklion a las 17:30. Una vez más, los defensores estaban esperándolos y les han inflingido graves pérdidas. Sin embargo, a lo largo de este primer día de invasión los alemanes han logrado atravesar el cordón defensivo alrededor de Heraklion y se han hecho con el control de los cuarteles generales griegos en el extremo occidental de la población y los muelles; los griegos han contraatacado y reconquistado ambos puntos. La Luftwaffe ha arrojado panfletos urgiendo a los Aliados ha rendirse de inmediato y avisándoles de que en el caso de continuar resistiendo tendrán que atenerse a graves consecuencias.
Al caer la noche, los alemanes no han logrado asegurar ninguno de sus objetivos. El arriesgado plan de atacar cuatro puntos separados entre sí para maximizar el efecto sorpresa en vez de concentrarse sobre uno parece haber fallado. Sin embargo, no todo han sido malas noticias y, en el sector de Maleme, al final de la tarde, los alemanes han logrado hacer retroceder paso a paso a los neozelandeses de la Colina 107, que domina el aeródromo. Los Comandantes del Eje han decidido que en la jornada de mañana concentrarán todos sus esfuerzos sobre el sector de Maleme.
Es lebe unsere Fallschirmjäger Truppen!Sieg Heil!