Comisión de trabajo

Publicado el 31 enero 2016 por Franky
Ya se ha perdido más de un mes, es mucho tiempo para la grave situación que está reclamando la atención del nuevo gobierno. La Historia de España está en las manos de estos últimos dirigentes que han aflorado de las elecciones, ir a otras supone más demora y hay pendientes ciertos problemas inaplazables. El diagnóstico claro y sensato del presidente de BBVA, Francisco González, sobre la crítica situación económica y política que vive España debería ayudar a reflexionar a los líderes de los dos grandes partidos ahora que se abre una nueva fase de negociaciones para tratar de formar Gobierno. No es habitual que un ejecutivo con su peso en el Ibex 35 y en el sector financiero europeo se pronuncie con tanta sinceridad sobre los retos que afronta España y los errores que han cometido en el pasado su clase política y empresarial.

El pueblo español está esperando el acuerdo de los tres partidos constitucionalistas, igual que recibió, con satisfacción, la formación de la mesa y presidencia del Congreso de los Diputados; ahora, actuando con la debida altura de miras, deberían poner la misma voluntad para conformar el Gobierno de la nación, como ha pedido el Sr. Juncker. España no puede perder más tiempo, no solo por el desafío del delito de sedición catalana, sino también, por las necesarias cuestiones perentorias que aguardan solución, además de las reformas que se han de acometer, para que haya la seguridad requerida por la inversión, que genere riqueza y empleo, seguir incentivando el estado de bienestar, la defensa de la unidad nacional y la lucha contra el terrorismo.

Ante la dificultad, que muestran socialistas y PP en gobernar juntos, uno de los dos debe hacerlo con Ciudadanos y abstenerse el otro, es la idea que ha apuntado Felipe González, abstención y gobierno con C'S, porque de ninguna manera ve bien la ligación con la ultraizquierda de 'Podemos'; hay que pactar ya y evitar entrar en aventuras peligrosas que Europa no va a consentir en un país de la Unión y porque vienen a liquidar nuestro sistema político. Pero, si P. Sánchez sigue negándose a hablar con el PP, será imposible llegar a ningún acuerdo, y España sufrirá las consecuencias nefastas. De todos modos, Sánchez lo tiene muy difícil, su Comité Federal, que es el órgano competente para aprobar las alianzas políticas y la formación de Gobierno, ha marcado el rechazo a la negociación con quien defiende el 'derecho a decidir' y con quien viene a fagocitarlo y a destruir el sistema político; a ello, se une que, tras la provocadora y humillante declaración pública del pasado viernes por parte de Iglesias, es patente la enorme dificultad existente para un acuerdo entre ambos. Los barones socialistas se inclinan por intentar fórmulas para forzar algún pacto con Ciudadanos.

Hasta la fecha Rajoy, Sánchez, Rivera se han limitado a intercambiar mensajes a través de los medios y a formular declaraciones, pero no se han puesto a conversar en firme; en estos momentos la negociación entre los partidos, para formar un Gobierno estable, se halla bloqueada. El bien común indica que es esta la hora en que miembros de los tres partidos constitucionalistas se han de sentar en serio a negociar mediante equipos que analicen los programas y diseñen la política de consenso. Sin duda, es muy posible y necesario formar esa comisión de trabajo, para examinar coincidencias y divergencias y planificar la pauta de las directrices y las pertinentes reformas. La ciudadanía puede reclamar a los partidos que, de una vez, entablen la negociación con una cierta metodología para alcanzar los acuerdos, desbloquear la cuestión y avanzar en el entendimiento; los dirigentes de los partidos vienen obligados a buscar soluciones sin más esperas ni rémoras, pues para eso fueron elegidos; sin duda, los que negocien y colaboren con disposición serán premiados luego por el electorado.

Ahora bien, el feo y gravísimo asunto de corrupción destapado en Valencia condiciona y obstaculiza todo el proceso de negociación; parece ser que es un dardo envenenado que, paralizándolo, ha ido directo a la cerviz de Rajoy. Sin dilación, A. Rivera ayer dejó asentado muy claro que "la regeneración es uno de sus ejes para negociar"; en tal caso se habrá de formar una gran coalición o, quizás, como apunta alguna prensa, poner el gobierno en manos de C's e investir presidente a su líder con el apoyo del PP.

C. Mudarra