Ante este galimatias, cabe preguntarse ¿cuál es el perfil de estos profesionales? ¿el c.m. nace o se hace? ¿Quién es el más indicado para ocuparse de este puesto? ¿Reconvertidos del marketing tradicional? ¿Nuevos profesionales forjados en un entorno digital puro? ¿El primero que pasaba por la puerta de recursos humanos? El mercado académico no ha perdido el tiempo y en la red podemos encontrar cientos de cursos, algunos gratuitos y otros más o menos reglados. Como muestra, y para ir perfilando un poco más el perfil de estos trabajadores, nos centramos en tres instituciones. La escuela de negocios Cerem oferta un máster en Community manager, cuyos objetivos son:01. Formar profesionales que utilicen los medios y redes sociales como herramienta de comunicación y marketing.
02. Ser capaz de definir, implementar, gestionar y evaluar un plan de medios sociales que esté correctamente integrado dentro de la estrategia de la compañía.
03. Profundizar en el uso de diferentes canales de marketing online con el fin de que el alumno sea capaz de aportar sus conocimientos sobre social media dentro de una estrategia de marketing o comunicación digital.
En Deusto Formación encontramos el curso superior de gestión de redes sociales y community management. En este recurso formativo los objetivos son:
- Crear interacciones relevantes entre marca y personas
- Gestionar y moderar contenidos generados por los usuarios teniendo en cuenta las buenas prácticas y las normativas legales.
- Elaborar planes de Social Media y de reputación online orientados a la consecución de resultados comerciales
La Universidad Americana de Europa, desde México, ofrece la maestría en Community Manager y Posicionamiento Web. Aquí los objetivos son más extensos, pero de corte didáctico. Igualmente proponen un perfil para el candidato a realizar la formación. Se presuponen que el estudiante debe ser capaz de discernir las corrientes sociales que rodean una situación, que sabe delimitar y valorar el alcance de una opión y las redes y que debe terner habilidad para expresarse por escrito.
Tres puntos de vista para hacernos una idea de quién debe ocupar este puesto. Y no es cuestión baladí, pues la imagen que una empresa o personalidad pública proyecta en la red puede condicionar o, al menos, dar un disgusto a los representados. Por este mal trago pasó David Bisbal, que recibió sonadas burlas al publicar una serie de comentarios sobre la primavera árabe donde quedó patente que su negocio es la canción, pero no la sociología. En bretes parecidos se han visto otros muchos famosillos. Los deportistas de alto nivel, que también son humanos, tampoco está exentosde meter la pata, por lo que deberían vigilar sus impulsos en la red. Un chascarrillo en el vestuario no tiene el mismo alcance que un tuit que leerán miles de personas. Esto le ocurrió a Casillas, que insultó a otro tuitero en al red.
Para evitar este tipo de fatídicos desenlaces, es aconsejable que aquellas personalidades cuyos mensajes vayan a tener gran difusión o que puedan ser utilizados en su contra, pongan su imagen digital en manos de un responsable. Pero ¿es fácil encontrar a la persona adecuada? Los c.m. de la policia nacional o la guardia civil han cometido sonoras pifias que rápidamente se han viralizado. Carlos Fernández Guerra, community manager de la Policía Nacional, reconoce que es sencillo confundir la cuenta personal con la coorporativa, lo que provoca situaciones confusas. No obstante, el sentido del humor nunca esta de más, aunque sea la autoridad la que habla.