A continuación te explicamos que tiene la contratación de este tipo de seguros, según su actividad empresarial. Son muchas las cosas que se deben tener en cuenta para que de esta forma puedas mantener en regla tu negocio, estar al frente de un negocio conlleva un conjunto de obligaciones.
El seguro de responsabilidad civil general cubre todos los daños tanto materiales como personales, ya sea ejerciendo tu actividad profesional como o siento propietario de algún bien. Hay muchos ejemplos en los que podemos destacar: un tendero que venda un alimento en malas condiciones y por esto una persona o cliente puede sufrir de intoxicación.
En este caso, el empresario tiene que asumir y reparar el daño que ha producido, ya sea directa o indirectamente. Suponiendo que los autónomos que participaron en el ejemplo no tuviesen un seguro de responsabilidad civil contratado, el tendero tendría que cerrar su negocio de manera indefinida.
Es imposible que puedas evitar que pasen accidentes, pero lo que si puedes hacer es protegerte de sus consecuencias contratando un seguro de responsabilidad que se ajuste totalmente a cada una de las necesidades de tu empresa. Ahora también está el seguro de responsabilidad civil profesional. Estos seguros están dirigidos a todos los profesionales que con su actividad pueden provocar daños patrimoniales, económicos o físicos a terceros.
La mayoría de empresas y autónomos están plenamente expuestos a cometer errores en su trabajo, sufrir de actos deshonestos por parte de sus empleados y todos estos son motivos de demanda por parte de sus terceros. Un ejemplo muy clásico podría ser cuando el abogado se equivoca en presentar la documentación en determinado juicio, el cliente es quien pierde la sentencia.