Esta es una medida que llevan a cabo unos 70 países en todo el mundo, siendo Japón el único país industrializado que no se ha adaptado aún a esta normativa. El cambio horario tiene como fin reducir el consumo global de energía, haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el ahorro doméstico en iluminación desde el cambio de horario de Marzo al de Octubre puede ser de un 5%.
Pero este cambio puede producir algunas molestias como:
- Somnolencia, irritabilidad, dificultades en la atención, la concentración y la memoria.
- Fatiga, baja en el rendimiento, menor productividad.
- Malestar general.
- Cambios en el estado de ánimo, depresión leve.
- Trastornos digestivos, aumento de secreción del jugo gástrico, disminución diurna y aumento nocturno del apetito
Si sentimos algunos de estos síntomas los profesionales nos aconsejan:
- Hacer ejercicio físico suave, como paseos o las carreras ligeras, puede ayudar a “avanzar” el reloj interno, al aumentar la concentración de serotonina y de otros neurotransmisores en el cerebro.
- Mantener unos buenos hábitos de sueño, intentando mantener los horarios regulares a la hora de acostarse y levantarse.
- Modificar el horario de comidas evitando la ingesta de cafeína y alcohol.
No obstante los expertos aseguran que estos cambios afectan muy poco a nuestra salud y bienestar y que en una aproximadamente 72 horas nuestro organismo se acostumbra a ellos, aunque este proceso de adaptación puede variar desde lo inmediato hasta días o incluso semanas. Si sientes otros problemas derivados de los cambios horarios como depresiones menos leves o astenia consulta con un especialista.