¡Hola a todos! Continuando con envíos de editoriales, la reseña que os muestro hoy ha sido gracias a la colaboración de Punto de lectura con el blog (¡Muchísimas gracias!). Sé que es difícil confiar en los blogs que acaban de nacer y por eso es fantástico que existan editoriales que nos echen un cable ^^ Sobre el libro, se trata de
Como agua para chocolate, de Laura Esquivel y me ha enamorado. Es de esos libros que se ganan un hueco en tu corazón y por eso se me ha hecho complicado reseñarlo porque hay tantos aspectos que quiero comentar y no puedo (siempre tengo que recordarme que es una reseña y no un análisis jaja). A pesar de no haberla podido detallar como quería, espero que os animéis a leerlo gracias a mi opinión.
Título: Como agua para chocolate.
Laura Esquivel nació en Ciudad de México en 1950. Comenzó su carrera como maestra y guionista de cine, actividad en la que obtuvo un amplio reconocimiento y por la que fue premiada en diversas ocasiones. A raíz de la publicación en 1989 de
Ha publicado además otras novelas como Malinche, Tan veloz como el deseo, La ley del amor, Íntimas suculencias, El libro de las emociones, y Estrellita marinera.
25 aniversario del bestseller que encandiló al mundo, una novela que sabe a clásico.
No siempre tenemos a mano los ingredientes de la felicidad. Tita lo había aprendido desde pequeña pero los ingredientes no son lo más importante para cocinar un buen plato, sino todo el amor con que seas capaz de hacerlo. Sus platos no solo tenían el poder de deslumbrar por sus sabores y texturas. Su tristeza, su alegría, su deseo o su dolor a la hora de prepararlos se contagiaban irremediablemente a todo aquel que los probaba.
Laura Esquivel conquistó el parnaso de la literatura hace veinticinco años a través de esta alegoría que vincula con maestría los sentimientos y los elementos culinarios.
Una novela universal, un clásico del imaginario colectivo.
" Un libro de referencia en la novelística latinoamericana contemporánea ".
" Como agua para chocolate es una deliciosa historia sobre el amor y la pasión, la tradición y la buena comida. A medio camino entre la novela por entregas y el libro de recetas, es una comedia de amores y desamores, recetas de cocina y remedios caseros ".
Como agua para chocolate es la historia de toda una vida, de la lucha de una mujer por lograr ser feliz junto al hombre que ama. De dos amantes cuyo único deseo es estar juntos a pesar de las adversidades.
El narrador nos introduce en la historia de Tita, la protagonista, contándonos una anécdota del día de su nacimiento: ella siempre lloró con la cebolla y ese día, en el viente de Mamá Elena, sus llantos fueron tan fuertes que adelantó su parto naciendo prematuramente sobre la mesa de la cocina. Como al poco tiempo su padre murió de un infarto y a su madre se le fue la leche, se crió en la cocina junto a Nacha, la cocinera, que la alimentaba y cuidaba. Tita creció en un mundo de olores, texturas y sabores, gozando de un mayor grado de libertad que sus hermanas mayores, Rosaura y Gertrudis, que pasaban todo el tiempo bajo la estricta mirada de Mamá Elena, una mujer de valores tradicionales que selló el destino de Tita incluso antes de nacer.
La boda se lleva a cabo sin que Tita y Pedro pudieran hablar antes, por lo que ella es una mera espectadora de cómo su alma se apaga mientras que él une su vida a la de su hermana. Cuando se acerca a felicitar a los recién casados, Pedro pronuncia entre susurros unas palabras que volverán a encender la chispa del amor:
A partir de ese momento, Tita tendrá que enfrentarse a un gigantesco problema: convivir con Pedro y Rosaura en el racho. Lo tendrá que ver cada día sabiendo que, a pesar de que su corazón le pertenezca, es el esposo de su hermana. ¿Será capaz de olvidarse de él y buscar en otro corazón el amor o sucumbirá a la pasión?
Como habéis podido comprobar en este breve resumen de lo que os encontraréis en las primeras hojas, la fuerza de Como agua para chocolate radica tanto en los personajes como en la historia en sí. Son muchos los libros que flaquean en uno de esos puntos, pero Laura Esquivel ha conseguido crear una historia inolvidable con personajes ricos en matices y una historia realista plagada de magia. Y es que no hay nada que me enamore más que las historias donde juegan con la mágia de la pequeñas cosas, como en este caso se hace con los alimentos que la protagonista cocina con tanto cuidado y esmero.
Por tanto, estoy obligada a detenerme en los personajes, sobre todo en los femeninos. Laura Esquivel define a la perfección cada uno de ellos, dotándolos tanto de virtudes como de defectos y permitiéndonos adentrarnos en el fondo de su alma, llegando a comprenderlos incluso cuando no lleguemos a estar del todo de acuerdo con sus actos. Me gustaría hacer un análisis a fondo porque hay tanto que decir sobre los personajes que os destriparía la historia. Por eso, antes de explicaros un poco quién es quién solo os diré que
Mi personaje favorito a sido Tita. Para ella la tradición es sinónimo de crueldad e injusticia, similar a una mano que le oprime el pecho y le impide volar libre junto a Pedro. No es más que una cadena cuya función es atarla para siempre a su madre. No entiende en qué se funda esa absurda norma y no está por la labor de acatarla.
La otra cara de la moneda es Mamá Elena. Es la encarnación de la tradición familiar y dirige el rancho con mano de hierro sin que nadie pueda alzarle la voz; su palabra es ley. No tiene miramientos ni siquiera para dictaminar que Tita, por ser la menor, debe renunciar al amor para cuidarla hasta el día de su muerte. ¿Por qué? Porque es lo correcto y lo que marca la tradición.
. Solamente su hija Rosaura decide seguir sus pasos y acatar sus normas . Es una persona a la que le preocupa en exceso el qué dirán y siempre obra con cabeza evitando cometer errores (para mí su único error fue aceptar el matrimonio con Pedro a sabiendas que él estaba enamorado de su hermana y por eso le cogí mucha manía a este personaje, no lo pude evitar porque la veía demasiado fría y egoísta) Pero el corazón de Pedro solo late por Tita por mucho que se esfuerce en guardar las apariencias.
Esta novela trata un amplio abanico de temas, pero os hablaré de los que están más directamente relacionados con los personajes principales:
- Amor: Sin duda es el más importante ya que está presente en todas y cada una de las páginas. Desde antes de nacer, a Tita se le tiene prohibido amar para atender a Mamá Elena hasta su muerte, pero en su vida se cruza Pedro, un chico que la hace arder por dentro y con el que no dudaría en huir si se lo pidiera. Sin embargo, esto no ocurre y Tita se zambullirá de cabeza en la otra cara de ese sentimiento: el desamor. Para ella es como una sensación de frío que le hiela las entrañas por mucho abrigo que se ponga.
- Tradición: Ya habéis visto que esta es otra parte muy importante de la obra y su percepción cambia según el personaje en el que nos centremos. Para Mamá Elena es una parte fundamental en su vida y no concibe ningún aspecto de su rutina lejos de ella. Seguir la tradición familiar la hace estar segura y pobre del que ose desobedecerla y alejarse de sus mandatos. Para el resto, la tradición es la muerte de la libertad.
- El amor por la cocina: Es una parte fundamental ya que Tita ama cocinar y consigue transmitir sus emociones a las comidas, lo que creará algún que otro conflicto. Cada capítulo comienza con los ingredientes de una receta y se va explicando el modo de hacerla mientras descubrimos la historia de la protagonista y el momento en el cual esa comida fue importante en su vida.
Lo peor del libro son las recetas, ¿irónico, verdad? A mí no me interesaban nada y, como te las puedes saltar sin perderte nada de la trama, las omitía sin pensarlo dos veces. Me gusta el amor que siente Tita por la cocina, pero a mí no me entusiasma leer las recetas (¿se nota mucho que cocinar no esta dentro de mis hobbies?).