1. No le obligues a leer: si algo caracteriza a la juventud es que les encanta llevar la contraria a sus mayores. Por lo tanto, está claro que ser pesados con ello no va a ser la solución. Tenemos que probar otros caminos.
2. Que te vean leer: puede parecer una tontería, pero si hay otra cosa que caracteriza a los más pequeños es que les encanta imitar lo que hacen sus mayores. Son sus referentes, así que si te ven delante de un libro tarde o temprano les picará le gusanillo. Después ya decidirán ellos si les gusta o no.
3. Háblales de literatura con pasión: si en vez de intentar convencerles de lo bueno que es leer, les hablas con ilusión del último libro que te ha enamorado, aunque en un primer momento te tachen de pesado, seguramente tengan curiosidad por su historia. Prueba, ¿qué pierdes?
4. Ve con ellos a ver adaptaciones al cine: cuando vayáis al cine y veáis una película que sabes que está basado en algún libro, coméntaselo, porque como sabes, el libro siempre —casi— es mejor que el largometraje. Si le ha encantado buscará más información.
5. Pídele que te acompañe a comprar libros: en una de esas visitas que haces para arrasar con todos los libros que puedas, dile que vaya contigo. Mientras tú recorres todos los pasillos en busca de la última novedad, quizás lo encuentres indagando entre las novelas.
Son solo algunos consejos, pero sabemos hay mil formas para conseguir que la gente se enamore de la literatura. Puedes probar estos tips o comentarnos cómo lo harías tú.