Es curioso que hable de librofobia alguien que había leído a los quince años a Duras, Camus y Faulkner, por ejemplo. Luego vino la epifanía flaubertiana en la Escuela Normal Superior (aunque no explica bien en qué consistió, es algo relacionado con aprender teoría literaria). Superó afortunadamente las diferencias que veía en si misma (mujer, hija de emigrantes judíos, no sentirse suficientemente francesa, etc). Balzac por fin, Ozick, Bashevis Singer. Finalmente, la tarea de traducir.
Me he apuntado lo que explica de los cuatro sentidos de la palabra:
P’shat: el evidente, el significado más inmediato;
Remez: el alusivo, lo sobrentendido, lo que se deduce;
Drosh: el inducido, interpretado, investigado;
Sod: el secreto.