Cómo aprovechar el efecto dominó

Publicado el 03 mayo 2021 por Efectivida @efectivida

¿Conoces el efecto dominó? Con esto del “efecto dominó” no me refiero a la forma entusiasta que tienen los abueletes de jugar al dominó (y que se contagia a jóvenes también). No, es un efecto que permite tumbar monumentos del tamaño de la torre de pisa o el Empire State con un pequeño toque con el dedo en una ficha de dominó. ¿No me crees? Te lo explico…

Qué es el efecto dominó

Este efecto es una reacción en cadena que produce resultados acumulativos. Un acontecimiento inicial origina un montón de hechos similares. El primer acontecimiento es pequeño, pero provoca otro similar, un poco más grande, y así sucesivamente, hasta llegar a un final que puede llegar a ser espectacular. El efecto dominó se puede dar con objetos físicos, pero también con procesos no materiales. Hay expresiones parecidas con conceptos algo distintos que igual te suenan. “Reacción en cadena”, “efecto mariposa” o “efecto bola de nieve”, entre otras.

A esta en particular, se le llama “efecto dominó” por el juego de fichas tan popular, y que tanto gusta a los abueletes que se reúnen alrededor de una mesa para ver quién cierra o quien canta. Se han dado casos de agresiones con bastón, dentaduras postizas… jejeje.

Bueno, aparte de bromas, seguramente hemos visto en alguna ocasión un enorme dibujo hecho con fichas de dominó. La primera ficha cae, y golpea a otra. Esto se repite cientos o miles de veces, y, una vez que todas las fichas están tumbadas, se dibuja algún tipo de representación. Las fichas también pueden dividirse en varias filas, golpear otro tipo de objetos, hacer andar un coche… vamos, lo que de la imaginación del autor o autores.

Cómo funciona el efecto dominó

Si nos paramos a pensar, es impresionante, porque nosotros solamente hemos dado un pequeño empujón a la primera ficha. Si sumamos toda la energía provocada por todos los golpeos de unas fichas contra otras, sería una barbaridad. Claro, en este tipo de juegos, las fichas de dominó son iguales. Pero imagina por un momento que colocas una ficha de tamaño estándar, y a continuación, una ficha algo más grande.

Hay un video de Youtube con  una explicación muy interesante sobre esto, y también hay videos con demostraciones a gran escala. En un libro titulado “Una sola cosa” se menciona este tema (te pongo el enlace al resumen en audio). En pocas palabras, la idea, según la física, es que una ficha puede tumbar a otra 1,5 veces más grande.

Si sumamos toda la energía provocada por todos los golpeos de unas fichas contra otras, sería una barbaridad

Para hacernos una idea, en el primer video, la primera ficha mide 5 milímetros de alto, y 1 milímetro de espesor. En total hay 13 fichas, y la ficha final pesa 50kgs. Es impresionante ver cómo cae. El señor que lo explica dice que si hubiera puesto 29 fichas, la última sería tan alta como el Empire State Building. ¡Espectacular! Pensemos en lo que podría ocurrir con 100 fichas.

El efecto dominó tiene truco

Claro, esto del efecto dominó es muy bonito, pero tiene trampa. Es cierto que nosotros solo damos un pequeño empujón a la primera ficha. Pero no podemos obviar que alguien tiene que colocar las fichas en su posición exacta, y una fichita de esas de 50kg no es que sea muy fácil de llevar en el bolsillo. Además, también hay que fabricarlas.

En uno de estos juegos visuales con fichas de dominó un artista usó más de 15000 fichas y tardó 8 días en montar todo el tinglado. En un video también se ve una estructura con 1 millón de fichas (te pongo un video como ejemplo, pero si quieres quedarte tonto mirando la pantalla, puedes buscar en YouTube por «dominó gigante»). Claro, el montaje es super-laborioso. Sin embargo, el resultado dura segundos o unos pocos minutos. En otras palabras: el efecto dominó es visualmente precioso, pero conlleva un trabajo.

Para conseguir efectos espectaculares, hay que preparar todo a conciencia. Cuando todas las piezas están en su sitio, cuando estamos seguros de que el trabajo está hecho, entonces podemos dar el empujón, y tumbar lo que se nos ponga por delante. O tumbarnos nosotros mismos, y a disfrutar del “efecto dominó”.

Aplicaciones efectivas del efecto dominó

¿Y esto cómo se puede aplicar en la vida real? Porque aquí se trata de ser efectivos. Antes de ver algunos ejemplos, un par de anotaciones a tener en cuenta:

  1. Esto del efecto dominó se suele relacionar con desastres comerciales, con una noticia que lleva a la otra y se produce una hecatombe… Esto pasó con el crash bursátil del 2001, con la burbuja económica en España del 2008, etc. Pero estos no son ejemplos a seguir. Además, en realidad, no son efectos dominó en el sentido estricto del término. Contrario a lo que se suele pensar, el efecto dominó no surge de manera esporádica o casual. Para que se cumpla, debe haber un diseño muy bien planeado.
  2. Otra idea a tener en cuenta en cualquier tipo de proyecto es el orden de los factores. Sí altera el producto. Antes de poner en marcha un proyecto, hay que pensar muy muy bien el orden correcto. Supongamos que en vez de colocar las fichas de dominó en orden de menor a mayor, colocas la de 50 kgs a la mitad de la fila. ¡Adios efecto dominó! Cada ficha tiene que ir en su lugar para que todo funcione.
  3. Aunque la última ficha (el último elemento o acción) va a ser la que tire abajo la Torre de Pisa o el Empire State, no podemos cometer el error de pensar que es la más importante. En realidad, es igual de importante que todas las demás. Y si lo medimos en términos de cantidad, su importancia es mínima. Igual es una ficha entre 100.

Ejemplos prácticos del efecto dominó

Vamos con los ejemplos. Supongamos que tienes una idea fenomenal y quieres compartirla con todo el mundo. ¿Cuáles son los pasos a seguir? Hoy en día, si quieres ser oído, no tienes más remedio que usar internet. Probablemente, tendrás que hacerte cuenta en las redes sociales, publicar una web, diseñarla… etc (hablamos del tema en el post Las redes sociales, los tiburones, los pececitos y el pescador).

Ahora bien, tu no quieres hacer todo eso, así que pones tu idea en un tweet (muy resumida, claro está). ¿Sabes qué va a ocurrir? Nada. O muy poco. Has cambiado el orden de los factores. Has puesto la ficha pesada casi al principio, y se ha quedado ahí. Primero, debías haber conseguido un nombre en internet, un mínimo de seguidores. Tendrías que haber compartido contenido de valor durante tiempo, haber diseñado la web… ¡Sí! Son meses de trabajo, y te estás comiendo por dentro porque tienes una idea excepcional, pero te tienes que contener. Primero preparar, después tumbar.

Por otro lado, no es cuestión de tener una idea brillante. No es esa la cuestión. La última ficha no produce resultados por lo que es, sino por su posición también. Por eso, no debemos esperar a tener una idea magistral, que a nadie se le ha ocurrido, para empezar a hacer cosas.

Lo mismo ocurre con cualquier tipo de proyecto que quieras hacer llegar a otras personas. Libros, blogs, ventas…

El efecto dominó te ayuda con las tareas pesadas

Otro ejemplo más de andar por casa. Piensa en alguna tarea que te cueste mucho trabajo hacer, vamos a poner, planchar la ropa. Bien… ahora piensa en todas las cosas por las que no te gusta planchar la ropa (pon aquí cualquier otra tarea). Quizás el sitio donde planchas no es demasiado cómodo, a lo mejor, la plancha no es de buena calidad, igual se te ha acumulado demasiada ropa para planchar. Puede haber multitud de factores. ¿Los tienes?

Ahora medita en qué cosas te ayudarían a planchar… digamos, con más alegría. Puedes poner música de ambiente. Estudiar a qué hora te va mejor. También se me ocurre prepararte un vaso de tu bebida favorita y dejarlo a mano para ir “picando”. Todo esto son fichas. Fichas de diferentes tamaños que hay que preparar y colocar.

Ponte un recordatorio en el calendario cada cierto tiempo para que no se te acumule ropa (estoy imaginando), compra una buena plancha, prepara un sitio en casa donde estés a gusto, pon música, etc.. La idea es colocar las fichas en orden para que planchar la ropa te sepa a gloria.

Es un ejemplo tonto, seguro que tú puedes pensar en algo mejor. Eso sí, he escogido una tarea repetitiva aposta. El efecto dominó se puede aplicar a los trabajos que tienen cierta complicación y que se repiten en el tiempo. ¿Has visto a alguien que llega, con todo su material, y realiza una tarea en mucho menos tiempo que tu, y encima lo disfruta? Sí… el típico cuñao con la barbacoa, por ejemplo. Seguro que antes, ha dedicado mucho tiempo e ingenio a preparar “el terreno”.

Aplicando el efecto dominó a los hábitos

Otra aplicación muy interesante es todo lo que tiene que ver con los hábitos y con las habilidades. Sobre todo, en lo relacionado con el efecto a largo plazo. Hacer una dieta milagrosa produce resultados a corto plazo, pero después el cuerpo vuelve a la normalidad. Sin embargo, colocar las piececitas en su sitio, aumentar la frecuencia o la exigencia, añadir más ideas una vez hayamos establecido las rutinas anteriores. Todo eso… produce resultados espectaculares. Igual alguien te ve y te pregunta: ¿Cómo lo has hecho? ¿Pareces otro? Claro, ha visto la ficha gorda (perdón, no lo pude evitar).

Pero antes están un montón de fichas. Y esto se puede aplicar también a un montón de rutinas o hábitos del día a día. Otro ejemplo típico es tocar un instrumento. Ver a alguien que toca medianamente bien puede sorprender. Y a lo mejor solo ha interpretado un par de canciones unos minutos. Pero nuevamente detrás hay un montón de ensayo, trabajo. Y cuando además, se ha llevado el orden correcto, los resultados son grandiosos.

En conclusión

¿Qué te ha parecido el efecto dominó? Hay una pregunta que me surge. No se si es rentable del todo gastar tanto tiempo en la preparación para conseguir algo que dura después poco tiempo. Pero una cosa sí tengo clara. Cuando alguien consigue un contenido viral, cuando es un crack haciendo lo mismo que otros, pero de forma diferente… cuando alguien tiene buenos hábitos… es porque detrás hay un montón de trabajo.

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Publicado por: EfectiVida - Efectividad, organización, productividad y desarrollo personal