Cuando uno se queda sin trabajo, se le viene el mundo encima y cuesta asimilar esa nueva situación desconocida y llena de incertidumbre. Sin embargo, las horas, días y semanas posteriores al despido son más importantes de lo que nos podemos creer.
Siempre aconsejo que se debe asumir cuanto antes la nueva situación y afrontar el presente y dejar de vivir en el pasado, tratando de buscar una explicación de por qué nos ha pasado a nosotros. Desgraciadamente la autocompasión ya sirve de poco. Puede venir bien reflexionar con nosotros mismos si hemos tenido responsabilidad en esa nueva situación para asumirlo y aprender la lección, aunque esto es muy complicado de hacer porque es prácticamente imposible ser objetivo en este tipo de acontecimientos que nos afectan tan de lleno.
Tras asumir y aceptar nuestra nueva situación, no debemos relajarnos en exceso y holgazanear, acomodados por el colchón por tiempo ilimitado o al menos, hasta que se nos acabe la prestación o subsidio que nos pueda corresponder. Lo primero a lo que nos enfrentamos es a encontrarnos sin rutinas ni reglas preestablecidas durante la gran mayor parte del día. Es el momento para llenar de nuevo nuestra vida de rutinas relacionadas con la búsqueda de empleo. Un hábito que recomiendo no perder es el de acostumbrarnos a levantarnos pronto por la mañana de forma habitual salvo días excepcionales porque si nos acostumbramos a hacer pocas cosas tendemos a volvernos más perezosos.
Debemos pensar y decidir cuánto tiempo nos podemos permitir estar sin trabajar en función de nuestra situación personal, familiar y económica. Sin embargo, tendremos que asumir que es más fácil encontrar un trabajo estando en activo que en el paro aunque sea a priori de algo de menor nivel profesional del que uno pueda partir. Sin embargo, cada uno es libre de marcarse su itinerario y sus propios objetivos.
Luego debemos de plantearnos, antes de comenzar la actividad de buscar trabajo, cuál es nuestro objetivo profesional, qué tipo de trabajo buscáis, cómo se encuentra el sector profesional y perfil profesional al que pertenecéis, qué otro tipo de puestos de trabajo afines podríais desempeñar… Para contestar estas preguntas debéis escucharos a vosotros mismos y realizar el oportuno trabajo de campo y de investigación. En este tipo de situaciones es buen momento para plantearse otras alternativas profesionales en función de los condicionantes y esfuerzo que os puedan conllevar.
Una vez clarificado esto, también debéis pararos a pensar y averiguar cómo funciona ahora el mercado laboral, cuáles son las principales vías de reclu
tamiento, que valoran más las empresas a la hora de seleccionar, cual es la mejor forma de presentar vuestra candidatura y perfil profesional. Esto es necesario porque si hace ya tiempo que no os tocaba buscar trabajo, las reglas del juego han cambiado y debéis aprenderlas rápido y aceptarlas para no encontraros con otra dificultad añadida. Con el paso del tiempo las cosas cambian y no son ni mejores, ni peores, sino diferentes y cuando uno comienza algo nuevo siempre le resulta complicado.
También es buen momento para ponerse a aprender cosas necesarias para vuestra profesión o plantearos un proceso de reciclaje para pulir vuestros conocimientos y adecuarlos a las necesidades actuales.
Una vez que reflexionéis sobre todo esto, debéis de priorizar aquello más importante para vuestros objetivos una vez que decidáis qué camino de los posibles es el más adecuado para vosotros. Lo que está claro es que hacer todo a la vez es imposible y es mejor ir paso a paso porque como dice el dicho, el que mucho abarca poco aprieta.
La decisión no es fácil y nadie dice que este proceso sea cómodo. De hecho, todos los principios son complicados. Esto requiere que también seamos flexibles y adaptables porque, independientemente de la situación que podamos partir, siempre que nos toque comenzar en un nuevo trabajo vamos a tener que demostrar de lo que somos capaces.
¿Cómo asumisteis vuestro despido? ¿Qué pasos disteis después? ¿Hicisteis este proceso de acciones o seguisteis algún otro? ¿Qué consejos podríais dar a las personas que se quedan sin trabajo?