Los padres y madres primerizos suelen estar cansados, pero no saben cómo ayudar a los bebés recién nacidos a dormir más durante la noche, que durante el día.
Es más, las investigaciones demuestran que los padres y madres privados de sueño tienen más probabilidades de desarrollar depresión y de verse implicados en accidentes de tráfico. Por lo que, el sueño infantil puede ser importante para la salud y el bienestar de toda la familia.
El sueño es fundamental para la salud y el desarrollo de los bebés, afecta a la capacidad de regulación emocional y al desarrollo cognitivo. Incluso los investigadores del Centro de Investigación de la Obesidad Infantil (CCOR) de Penn State, estudian el sueño porque afecta a que los niños desarrollen obesidad.
Durante la última década, investigadores y el personal que trabajan en el estudio INSIGHT de Penn State han entrenado a las nuevas madres en habilidades que, entre otras cosas, ayudan a los recién nacidos a dormir más durante la noche.
¿Cómo ayudar a los bebés recién nacidos a dormir más durante la noche?
Este estudio que ayudó a las familias con muy buenos resultados, comenzó en 2012 con 279 madres de primogénitos en prácticas de crianza permisiva. Este estilo de crianza implica responder a los bebés de manera oportuna, sensible y apropiada para su edad, basándose en las necesidades que presenta el niño o niña.
Se enseñó a las madres a responder a los estados de comportamiento de los bebés, como la inquietud, el estado de alerta, tal como la alimentación y juego interactivo, la somnolencia y el sueño. La formación incluía varias recomendaciones específicas sobre las rutinas a la hora de dormir y la respuesta a los despertares nocturnos.
Consiguieron que los bebés durmieran más tiempo y fueron más propensos a calmarse para dormir. Otro resultado significativo es que estos niños también tuvieran índices de masa corporal (IMC) más bajos durante los tres primeros años de su vida, que otro grupo no seguía las pautas de INSIGHT.
La formación a las madres se basaba en las habilidades de crianza permisiva, lo que implica establecer rutinas saludables, responder a los bebés según su desarrollo y necesidades, y enseñarles a calmarse por sí mismos en la medida de lo posible.
Si no conoces el estilo de crianza permisiva, para promover un mejor sueño en los bebés recién nacidos ser recomienda empezar por establecer una hora de acostarse. Al contrario de lo que muchos piensan, que si mantienes a los bebés despiertos con ellos más tarde por la noche, entonces el bebé dormirá más. Pero las investigaciones demuestran que el establecimiento temprano de una hora de acostarse entre las siete y las ocho de la tarde, ayudará a los bebés a dormir más tiempo, según Emily Hohman una de las investigadoras.
Una vez establecida una hora de acostarse regular, las investigaciones indican que las rutinas constantes a la hora de acostarse también favorecen un sueño más prolongado. La rutina debe ser más tranquila e incluir cosas como el baño y la lectura, al tiempo que se evitan las actividades demasiado estimulantes, como los juegos. La rutina ayudará al niño a prepararse para el sueño. Además, se puede envolver a los bebés que aún no se dan la vuelta para aumentar su sensación de calma.
Igualmente, se recomienda que para ayudar a los recién nacidos a aprender a calmarse para dormir, se anima a los padres y madres a acostar a sus bebés mientras están somnolientos pero aún despiertos. Según este estudio, el poder tranquilizarse por sí mismos, es una habilidad muy valiosa, y cuanto antes la aprendan los niños, mejor dormirán ellos y sus padres.
Los despertares nocturnos son inevitables, porque l os recién nacidos y los bebés se despiertan a lo largo de la noche por muchas razones, incluida el hambre. Esto no significa que la alimentación deba ser siempre la primera respuesta cuando el bebé se despierta. Este estudio animan a los padres y madres a utilizar métodos de calmar al bebé, como ofrecer al bebé un chupete, palabras tranquilizadoras y caricias suaves.
Si nada de lo anterior funciona y el bebé sigue angustiado o muestra signos de hambre, debes cogerlo en brazos, mecerlo y alimentarlo.
"A nadie le gusta oír llorar a su bebé, y todo el mundo quiere volver a dormir lo antes posible", dice Hohman. "Pero un bebé sólo puede aprender a calmarse por sí mismo cuando no es calmado por otra persona". Durante el día, los padres deben sentirse libres de utilizar estrategias de tranquilización más activas, como cogerlo en brazos o mecerlo, pero éstas deben usarse con más criterio por la noche para promover un mejor sueño."
Este no es lo igual a los métodos de adiestramiento del sueño infantil como; Ferber y Estivill. Que consisten básicamente en dejar llorar a los bebés, con la supuesta finalidad de conseguir que aprendan a dormir solos. Asegura que dan resultados porque generan tal grado de estrés en el bebé, que se duerme por el efecto de la sedación que produce la adrenalina y el cortisol, que van a la amigdala y segregan opiaceos y serotonina. Sí, el bebé se duerme, pero no aprende nada y pasa mucho miedo.
El Método Estivill en el que se basa el libro "Duérmete Niño" escrito en 1995, utiliza las mismas tablas de tiempos que desarrolló Benjamin Spock en 1946 publicadas en "El libro del sentido común del cuidado de bebés y niños". Posteriormente, Bernard Valman explicó el Método que llamó Cry it out, en su obra el "ABC of One to Seven" publicado en 1982. Richard Ferber en 1985, lo llama método de entrenamiento pavloviano, como el que usaba Pavlov con su perro para la asociación de estímulos.
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