Como bien apunta el autor al final de la novela, el amor puede durar más de tres años, depende de muchas cosas….
El texto es una buena reflexión sobre las relaciones de pareja, una narración con la que todo el mundo se puede sentir identificado, con vivencias cercanas, habituales, otras novedosas. Beigbeder me cae bien. Me cae bien por su sentido del humor, porque, aun contándonos una historia triste nos saca una sonrisa, porque es un escritor atípico, porque afirma que los escritores han de estar más tiempo en la calle que en casa, por su acidez a la hora de desenmascarar el sistema productivo capitalista y, en resumen, por demostrar una naturalidad que la mayor parte de narradores y poetas no tienen.
El amor dura tres años se compone estilísticamente de frases muy cortas, párrafos llenos de puntos y seguido, resulta fácil de leer: es directo, claro y contundente, y se estructura a base de fragmentos cortos que van construyendo un hilo que termina por escupir al lector en una cuenta atrás: la de los días que quedan para cumplir de nuevo tres años.
La vida es como un sitcom (teleserie): una sucesión de escenas que de desarrollan siempre en los mismos decorados, con más o menos los mismos personajes, y de la que uno espera los siguientes capítulos con una impaciencia teñida de embrutecimiento