Casualidades de la vida, en uno de los caminos que cruzaba el rey y su corte, apareció un vendedor ambulante de chorizos. El choricero, llamado José Rico, más conocido por la población de Candelario (Salamanca) como “Tío Rico”. Le dio al monarca uno de los chorizos que vendía. Al rey Carlos IV le encanto el embutido. Hasta tal punto que nombro al vendedor ambulante, proveedor de la casa real.
Lo que provoco que la admiración por los chorizos se extendiese por toda la corte. La admiración que tuvo Carlos IV por esos chorizos. Llego a tal punto que mandó a Ramón Bayeu. Un afamado pintor de la Real Fábrica de Tapices (cuñado de Francisco de Goya) que realizase un cuadro, que podéis ver el en articulo elecciones de chorizo. El cuadro hizo inmortal al Tío Rico y el cuadro fue expuesto en la Sala de Embajadores de El Escorial.
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un abrazo a las fuentes: http://blogs.20minutos.es/ Imagen: http://www.profesorenlinea.cl/