Cómo compartir información cuando trabajamos en equipo

Publicado el 19 abril 2016 por Javier Díaz Sánchez @javierdisan

Trabajar en equipo no es fácil y a veces puede resultar una experiencia desalentadora por los resultados que se obtienen y por los conflictos que pueden producirse. No obstante, si preguntásemos a los asistentes de un auditorio cuánto les gustaría trabajar en equipo en sus empresas, una gran mayoría de ellos dirían estar entusiasmados con esa posibilidad. ¿A qué se debe esta reacción? ¿Por qué nos ponemos tan fantásticos al hablar del trabajo en equipo? Una posible explicación es el factor de deseabilidad social. Tendemos a pensar que si afirmamos lo contrario estaremos dando a entender que no nos gustan las personas, que somos complicados o conflictivos en las relaciones personales o simplemente que somos lobos solitarios. Este temor es una trampa mental que nos lleva a mezclar en una misma idea cosas completamente distintas, por un lado, la facilidad que tenemos para relacionarnos, y por otro, la forma de entender y organizar el trabajo en una empresa. De hecho, podemos ser muy abiertos y sociables pero, en cambio, ser incompetentes a la hora de trabajar en equipo. Tengamos en cuenta que el trabajo en equipo es algo más que compartir un espacio de trabajo y asumir la responsabilidad sobre una determinada tarea. Hay que saber comunicar las ideas, mantener una escucha activa, tomar decisiones compartidas, resolver conflictos cuando aparecen, etc.

Necesitamos reglas

En casi todas las empresas van a valorar nuestra orientación a trabajar en equipo pero otra cosa bien distinta es que esa misma organización tenga una cultura organizativa orientada al trabajo en equipo o que existan los resortes necesarios para que éste sea el mejor modelo. De hecho, la ausencia de reglas que permitan tomar decisiones de manera ágil, que fomenten el liderazgo distribuido y dinamicen la participación puede hacer que el trabajo en equipo sea un concepto vacío.

La diversidad de opiniones y puntos de vista es enriquecedora pero la situación grupal puede hacer que el conjunto sea menos que la suma de sus partes, especialmente en lo referente al pensamiento creativo. Pero además del efecto del grupo, otros factores pueden ejercer una influencia nociva. Por ejemplo, el estado anímico en el que se encuentren los integrantes del equipo, la presencia de personas con distinto nivel jerárquico, etc. también inciden directamente en la dinámica intragrupal.

Cómo compartir información

El trabajo en equipo requiere, de entrada, que los integrantes compartan información, y aunque parece fácil, lo cierto es que lo hacemos con bastante torpeza. Por ejemplo, algunos miembros pueden ser tímidos, otros tendrán miedo a parecer incompetentes o estúpidos, otros querrán evitar el conflicto, etc. Pero tras esta aparente diversidad de circunstancias se esconden los mismos procesos y comportamientos psicológicos: la presión social y la conformidad.

Por otro lado, la propia estructura jerárquica de la empresa condiciona la direccionalidad del caudal de información. En la mayoría de los casos, el flujo se produce de arriba hacia abajo y esto implica que una parte de la información se va por el retrete porque no llega a ser gestionada. Esto explica porqué algunas decisiones que se toman en las empresas están muy alejadas de la realidad del negocio y acaban pagándose tan caro.

Si queremos que el trabajo en equipo sea realmente eficaz y que la información fluya, los miembros deben tener una forma de compartir sus opiniones, sus preferencias, sus perspectivas, etc. Soy el primero en reconocer que no es fácil pero a veces pequeños cambios en la forma de hacer las cosas pueden ayudar en el proceso. Por ejemplo, una forma de evitar que los trabajadores contradigan el criterio del jefe y ampliemos el abanico de opiniones es pedir a la gente que tiene menos rango que empiecen dando su opinión, luego los mandos intermedios y finalmente aquellos que estén más arriba en la jerarquía de la empresa. Otra forma de impactar positivamente en el equipo es utilizar gratificaciones grupales y no individuales, dotar al equipo de autonomía, etc. pero esto nos llevaría a hablar de motivación así que mejor lo dejo para otro post 😉

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Psicólogo / Humanista digital / Emprendedor Ayudo a empresas y organizaciones en sus procesos de cambio y transformación. La consultoría de formación es una de mis herramientas de trabajo para lograr resultados tangibles.