La respuesta al título que propongo es sencilla hoy en día. Sería mediante Chromecast. No obstante, existen (o al menos hasta ahora existían) otras formas con las que podíamos conectarnos a ella. Me refiero a los distintos HDMI. Cada marca de teléfonos contaba con su protocolo y cable que funcionaba de una u otra manera. Cierto es que con la llegada del Chromecast, Miracast o similares, se nos ha facilitado el camino, no dependemos del cable.
Los pasos para conectar el movil a la TV son sencillos con el Chromecast, por ejemplo. Basta descargarnos la app de Home de Google para poder configurarlo correctamente. Después es entrar en la aplicación que queramos ver en la tele y pinchar en el icono para retransmitir lo que vemos en la pantalla del móvil. Lo detallaré más adelante.
Para otros métodos de conexión existen páginas web donde lo explican detalladamente, así contamos con un directorio al que acudir en caso de duda, como por ejemplo este sitio web.
Siguiendo con el Chromecast contamos con unos cuantos modelos que tendremos que tener en cuenta a la hora de elegirlos, pues no todas las televisiones admitirán o aprovecharán todo el potencial de este aparato “milagroso”. Si sois de los que cuentan con un televisor 4K, podréis haceros con un Chromecast Ultra, pudiendo aprovechar esa resolución 4K para ver cualquier vídeo que hayáis grabado con vuestro móvil o ver Netflix a full. Si vamos más allá, ¿os suena Google Stadia? Es el servicio de juegos en la nube de Google que está a puntito de darse a conocer al mundo. Es cierto que se puede descargar ya la app de Stadia desde la Play Store, pero aun no es posible aprovechar todo su potencial. Con este Chromecast ultra, un mando y una suscripción… ¡no hará falta ningún otro hardware!
Todo esto se puede decir que con el paso de los años ha ido evolucionando. Desde aquellos cables MHL (y, por supuesto, anteriores) a poder tener la libertad de controlarlo de manera inalámbrica mediante cualquier dispositivo Android o iOS que tengamos en casa.
Desde aquí os animo a haceros con un Chromecast para poder visualizar el contenido de vuestros terminales en una pantalla de mayor tamaño como pueda ser vuestra tele de casa. Además, aunque no tengáis una TV 4K, podéis haceros con la versión normal de ello a un precio menor a 40 euros. ¿No te parece interesante?
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