Un truco muy práctico consiste en pensar que las hierbas son como las flores y pueden conservarse en una jarra con agua fría totalmente frescas durante bastante tiempo, bastará con cambiar el agua cada 2-3 días. La albahaca y la menta aguantan más en los meses de verano; con el cilantro y el perejil sucede lo contrario.
Otro truco muy empleado es el de envolver las hierbas en un papel o una toallita húmeda y conservarlas en una bolsa con cierre o fiambrera. De este modo en la nevera pueden durar varias semanas.
Si queremos que nos duren todavía más tiempo, el método más sencillo es congelarlas. Podemos conservar nuestras hierbas en el congelador hasta 8 meses sin que pierdan su aroma ni sus propiedades. Hay dos modos de hacerlo:
- Modo 1: Lavamos bien las hojas y las guardamos en bolsas bien cerradas. También podemos picarlas antes aunque recuerda que las hojas de laurel, tomillo y romero debemos congelarlas enteras.
- Modo 2: Picamos bien las hojas y las colocamos en una bandeja de cubitos de hielo. Después la rellenamos con agua y la congelamos. Una vez convertidos en hielo, se extraen los cubos de la bandeja y se envuelven en bolsas de plástico antes de volver a meterlos en el congelador.
Importante: no olvides etiquetar las hierbas congeladas con el contenido y la fecha. Si han pasado demasiados meses en el congelador dejarán de sernos útiles en la cocina.