Muchas veces solo alcanzamos escuchar el silencio, los pájaros o el sonido del viento golpeando nuestra cara, pero lo mejor es que estamos pasando tiempo juntos.
El estrés diario y las múltiples responsabilidades de los adultos muchas veces nos distancian de lo verdaderamente importante: construir una relación saludable y abierta con nuestros hijos.¿Cómo lo haces? Tómate un momento cada día para disfrutar cada una de las etapas que está viviendo. Estar con tus hijos es el principio de esa construcción. Aprovecha para conectar y hacerlos sentir amados, que te importan. Habla, canta, baila, vuelve a ser niño... Es más, hazte esta pregunta: ¿qué me hacía feliz cuando era niño? Entonces, hazlo con tus hijos.
Aquí te comparto un poco de cómo lo hacemos nosotros: