Carmen Aristegui, una brillante periodista mexicana, relegada por Televisa curiosamente, escribe este día una interesante columna en el periódico Frontera, bueno, ella escribe y muchos periódicos nacionales le publican sus escritos, y menciona en esta ocasión el tema inagotable del Bar-Bar, famoso ahora a nivel nacional a raíz del intento de homicidio que sigue padeciendo el uruguayo Salvador Cabañas, uno de los mejores deportistas de México en la actualidad.
El evento donde fue baleado el futbolista mencionado, sucedió en un horario que no debía haber estado abierto ese antro, pero sabemos que en México “con dinero baila el perro”, así que a lo largo y ancho del país podemos operar el lugar o negocio que se requiera con solo pagar el precio respectivo a las autoridades correspondientes. No se trata de un problema de si se puede o no, todo se ha convertido en un problema de precios, si le llegas al mismo en México te podemos vender el paraíso completo, con o sin ángeles incluidos.
Desde el principio los supuestos agarraron cancha, y es que Televisa, el grupo de empresarios de la información más importante de Latinoamérica tienen sus manos metidas en el Bar-Bar y son dueños de la carta de Salvador Cabañas, el sigue perteneciendo a las Águilas del América, uno de sus equipos.
Que Televisa sea el medio más influyente del país no es noticia, pero que se suelten diciéndolo sin que tengan una amonestación si es preocupante.
Recordemos que Televisa nació manchada, hubo dinero mal habido del ex-presidente Miguel Alemán y por décadas este medio ha sido el mayor beneficiario del sistema político, la televisora gana miles de millones al año por la venta de comerciales a los políticos mexicanos, es parte crucial de nuestros problemas como país y tiene la fuerza de quitar y de poner gobernantes con solo inclinar su editorial a favor o en contra.
Mientras el PRI manejó al país, tuvo todo el control de la información gracias a sus prácticas mafiosas, si un medio de comunicación pretendía emitir una opinión en contra del sistema, se le cerraba y punto, recordemos al periódico Excelsior y los problemas de Julio Scherer García. Todos los medios se sometieron, hoy algunos se lavan las manos diciendo que fue para poder subsistir, su pecado es que no ofrecieron resistencia, doblaron sus manitas a la primera y se les dejó que se hicieran inmensamente ricos a cambio de no mencionar en las noticias como el priísmo jodía al pueblo.
La salida del PRI de Los Pinos dejó en inmejorable posición a los dueños de los medios, incluso desde el inicio del gobierno de Ernesto Zedillo podemos señalar que ya no se les amenaza con cerrarles, se práctica la verdadera libertad de expresión aunque sigan existiendo periodistas comprados, y Televisa es el 4to Poder en México.
¿Quien los puede parar?
Y es que a la vez Televisa es un buen ejemplo de otro problema en México, hay demasiados oligopolios. Si existiera una verdadera competencia la mayoría de los consumidores tendría el poder, pero en México permitimos a los monopolios disfrazados de oligopolios. Permitimos que unos cuantos se hagan inmensamente ricos debido a que no tenemos memoria, y lo que es peor, no tenemos visión de futuro. Somos incapaces de imaginarnos un país mejor y luchar por alcanzarlo.
Hay demasiadas personas vegetales acá…