Cómo convertir un servicio en un producto para crear un modelo de negocio innovador

Publicado el 07 septiembre 2021 por Jose Jose Jose Perez @jperezpa26

Si quieres cambiar el mundo y hacerte rico haciéndolo, un buen punto de partida es fijarte en algunas de las personas que ya lo han conseguido.

Uno de los mejores ejemplos es Matt Mullenweg.

Mullenweg es el creador de WordPress, que a su vez es una herramienta que se utiliza para crear sitios web.

Lo mejor de WordPress es lo fácil que es, así como su flexibilidad.

En definitiva, te permite crear cosas que no serías capaz de crear por ti mismo.

WordPress ya alimenta el 25% de Internet y gana dinero al cobrar una comisión cuando un desarrollador web vende un tema o un plugin creado con el servicio.

Este modelo de negocio, junto con el enorme éxito de la plataforma, asegura que Matt está bastante bien cuidado en términos de finanzas…

Pero, ¿es esto algo que se puede replicar?

Producción de servicios

La idea detrás de WordPress era muy sencilla: Matt buscaba quedarse sin trabajo.

Lo que hizo fue productizar un servicio, es decir, sustituir el servicio de diseño web que prestaba por una herramienta que lo hiciera en frío por él.

Así es como nacen un gran número de negocios SAS.

SAS es “Software como Servicio” y básicamente significa que has escrito una pieza de software – a menudo B2B – que proporcionará un servicio importante al usuario final.

Otro ejemplo podría ser una aplicación de fitness que entrena al usuario.

Se trata de un servicio que suele prestar un particular (un entrenador personal) y que se convierte en una aplicación que puede ejecutarse en el teléfono.

¿Por qué SAS?

La ventaja de SAS es la comodidad que ofrece al usuario, así como la escalabilidad que le ofrece.

Imagínese que intentara crear el 25% de los sitios web del mundo: la cantidad de horas de trabajo y de administración que requeriría sería extraordinaria.

¿Pero con un software que construye sitios web? Es posible.

Y el beneficio que puedes obtener de ello se hace posible.

Así que ahora es el momento de preguntarse: ¿puedes convertir un servicio en un producto?

¿Podría un programa hacer lo que tú haces para ganarte la vida?

¡Asegúrate de inventarlo antes de que lo haga otro!

Productizar me dará algo que vender siempre


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