Cómo convertirme en el puto amo

Publicado el 21 noviembre 2014 por Vicente Jiménez @Parnasillo


Artículo de colaboración

El siguiente artículo esta presentado por Red de Blogs Comprometidos, un grupo de personas a quienes les preocupa la situación que se está viviendo en la actualidad y lo reflejamos en blogs. También ofrecemos soluciones serias y otras veces críticas.
Hay ocasiones en las que todos los componentes de
Somos #Red, nuestro sello en twitter, publicamos algo en común por el interés general que puede representar.
En este artículo, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, pero estamos seguros de que provocará alguna sonrisa, o algo más...

Si yo fuese infinitamente más amoral que todos los corruptos políticos y financieros que han y están surgiendo a la luz intentaría superarlos a todos; vamos, que los dejaría a la altura del betún: para ello aprovecharía de forma inteligente el para alimentarme. Haría acto de presencia en aquellos lugares donde se concentrase el descontento, pero no sería uno más: sobresalir es un trabajo de equipo y recibir palos un trabajo para el equipo, que yo quedaría siempre en un discreto segundo plano cuando la cosa se calienta o te pueden calentar. Si fuese un profesor de universidad, por ejemplo, usaría a los alumnos como kleenex y los pondría por delante en las manifestaciones para que recibiesen los palos ellos. Yo y la cúpula me quedaría detrás en la retaguardia y después recogería los réditos: cuanto más hubiese asalvajado a mis alumnos mejor y cuanto más palos hubiesen recibido, mejor. Así podría hasta llegar a presidente de una nación comunista.algo más . Ya no estoy en Sol ni con alumnos. La cosa pasa a mayores: ahora están los medio pendientes, etc.
descontento popular que inevitablemente surge en épocas de crisis. Como inmoral y oportunista profesional me aprovecharía de la carroña
Lo segundo sería sacar rédito de forma inteligente a los de Sol y el movimiento 15M. Las hienas nunca roban las presas solas así que me iría haciendo notar poco a poco, pero corriendo los mínimos riesgos posibles: si en una manifa las cosas se pusiesen feas siempre lanzaría a los más tontos y crédulos por delante a pelearse con la policía y puede que ser heridos o detenidos mientras yo permanecería al abrigo de la retaguardia: el mundo sigue siendo de los listos y no voy a cambiar de costumbres, faltaría más. Cuando yo hablase en las asambleas siempre habría sectarios de mi manada que aplaudirían mi discurso hasta con las orejas y poco a poco sobresaldría de la masa hasta convertirme en líder; y para ello al final necesitas teatralizar
Para escenificar necesitas montajes de plataformas, propaganda, escenarios, cámaras..., dinero, en definitiva: mucho dinero. Dinero para material, para aparecer machaconamente de forma triunfalista como un anuncio de la Coca Cola, aplaudiendo a no sé qué. La gente ignorante funcional pensará, si aplauden es que algo estarán haciendo muy bien. Lo pobres ni se dan cuenta de que se trata de autoaplauso vacío de contenido y sentido común..., aplaudir queda bien, después de colocar a tus acólitos estratégicamente y manipular las asambleas con las viejas técnicas; sí, esas que ridiculizan, obvian o simplemente se deshacen de los elementos discordantes. Aplausos garantizados: plas, plas, plas; y las cámaras y micrófonos recogiendo la instantánea después de poner a parir las maldades de los políticos y del sistema. No hay mejor forma de practicar la demagogia que utilizar verdades a medias para colar mentiras enteras. Yo os salvaré porque soy honrado y los míos también: nosotros somos el pueblo ¡Qué digo el pueblo! soy Moisés, soy Jesucristo...
Para conseguir financiación vendería España a una potencia extranjera cuyo sistema político estuviese en las antípodas del que en esos momentos teóricamente predominase aquí. A cambio obtendría financiación para esos medios de comunicación con el compromiso de cumplir futuros pactos inconfesables que beneficiasen al país inversor y a mi persona: chico, si me pagas los medios de comunicación para bombardear a los tontiñoles yo te cuelo esa ideología en Tontilandia y después nos ponemos las botas.
Con los medios de comunicación de masas a mi servicio haría que las noticias de corrupción fuesen el pan nuestro de cada día y me introduciría poco a poco en programas de tertulias políticas. Sabría emplear muy bien el dinero con el que me apoyasen. El pueblo lanar, crédulo y tonto de capirote me seguiría como al nuevo mesías y también le habría calentado la oreja a los antisistema que dominan la calle a sus anchas. Dominando la calle y unos medios es imposible que no me convirtiese en el puto amo. Y siendo mi supuesta ideología de carácter universal prometería abrir fronteras y dar un sueldo fijo a todo el que aterrizase por estas tierras de jauja. Prometería que en mi nuevo edén todos los desesperados podrían disponer de sueldos de ensueño y techo sin trabajar. Para eso pagarían los tontos que me eligiesen, pero ellos no se darían cuenta de ese detalle hasta que fuese demasiado tarde. Prometería la luna y todo lo que quisiesen escuchar, pero sabiendo que llegar hoy a la luna es imposible, tal como están las cosas. Pero tontiñoles son tan infantiloides que les puedo prometer lo más absurdo y se lo creerán como los niños creen en los Reyes Magos. En España vamos a gobernar los ciudadanos por asambleas de barrio. Plas, plas, plas, más aplausos... Aquí mandáis vosotros... plas, plas, plas...
Chicos, eso es democracia de verdad y no la de esos mangantes bipartidistas: nosotros somos la honradez personificada, nosotros somos el pueblo. Luego, claro está, ante semejante manada de crédulos realizaría la transformación del agua en vino y ¡alehop! Ya somos un partido. Chicos, para ganar y acabar con esos corruptos hay que convertirse en un partido como los demás. De ahí a ser el puto amo ya no queda nada.
Luego..., lo que se da no se quita jamás. JAJAJAJAJA (risa tenebrosa, y se cierra el telón). Nunca más volveréis a votar.