Ya sea que escribas cuentos, novelas, ensayos o poemas, lo más primordial es la ortografía y la gramática. Lo ideal sería mostrarle el texto a un profesor de literatura o a un corrector de textos que te señale tus errores y, sobre todo, te indique si algunas frases tienen o no sentido. Si no cuentas con esas ayudas, puedes corregir tus textos tú mismo. Y aquí te enseñaré algunos trucos que uso si quiero corregir mis textos, ya sea para publicarlo por internet o para presentarlo en clases, en el caso de que sea un trabajo práctico.
- Lo primero es leer en voz alta. No hay nada como escuchar tu texto siendo leído en público. Ahí ya verás si alguna frase o párrafo que escribiste no tiene sentido. Lo marcas con un marcador o resaltador.
- Ten a mano un diccionario. Si ves que una palabra se repite mucho, marca cuántas veces lo escribiste y busca sinónimos. No solo corriges tus textos, sino que amplias tu vocabulario.
- Ten mucho cuidado con las faltas de ortografía. Si escribes por computadora, normalmente el programa ya te marca tus errores. Pero a veces no siempre lo hace, dado que esa palabra sí existe en el diccionario. Por ejemplo, si escribiste “abrasar” y no te señala como error ortográfico, es porque lo tiene registrado. En ese caso, consulta con un diccionario y busca la palabra “abrasar”. Verás que, por un error, casi quemaste a tu protagonista en vez de brindarle consuelo y cariño.
- Trata de evitar las redundancias. Ese es mi eterno problema y que más de uno me lo ha señalado. Lastimosamente solo con varias leídas, te darás cuenta si el texto es redundante. Si sientes que te agobias al leerlo, elimina las frases o busca una manera de explicar una situación o personaje en un solo párrafo.
- Y por último, atiende bien las puntuaciones. Al leer en voz alta, te darás cuenta si colocaste una coma de más, o un punto donde debería ir una coma, o un punto y coma donde debería haber dos puntos.
Artículo publicado originalmente en filodivague.wordpress.com
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