Sin duda, consigue ser un título que reúne condiciones para ello. La narración habla de la soledad (que está presente en casi todos los personajes), de la amargura con la que se afrontan algunos dramas incontrolables o insalvables (como la muerte de un ser querido), las dificultades de la conciliación familiar, el luto o la necesidad (adulta, pero también infantil) de encajar en el círculo del entorno personal.
Para ser una serie fantástica que utiliza a los super héroes, es llamativo el ritmo pausado en el que se desarrolla. No abundan los efectos, tampoco los mensajes “heroicos” sino que, más bien, se trata de “normalizar” unas capacidades que, en definitiva, no son naturales.
En resumen, esta es una serie que establece el crecimiento, con las lecciones aprendidas y las inocencias perdidas, en el contexto de lo sobrenatural, que le da a un niño especial no solo un sentimiento conmovedor y un atractivo círculo de amigos, si no también poderes mágicos...