- Escuchar atentamente a los niños y observar su comportamiento
- Establecer unos límites razonables para los niños y hacerlos respetar consistentemente
- Explicar a los niños por qué ciertas cosas no están permitidas y ofrecerles alternativas aceptables
- Afrontar las situaciones cuando surjan y antes de que estén fuera de control
- Cumplir las promesas que hace a los niños. Unirse a los juegos de los niños sin interferir
- Fomentar que los niños propongan cosas y tengan sus propias ideas antes de hacer ninguna sugerencia
- Valorar y reforzar los esfuerzos de los niños y consolarlos cuando estén "dolidos" o frustrados con gestos afectivos como un abrazo o una caricia
- Hablar a los niños con naturalidad y utilizando un tono conversacional sobre lo que están haciendo
- Ayudar a los niños a animarse mutuamente incitándolos a compartir sus logros
- Animar a los niños a completar proyectos, aunque les cueste más tiempo del que se había programado en un principio
- Limitar las conversaciones entre adultos en presencia de los niños
- Respetar las ideas y decisiones de los niños. Evitar darle a elegir a un niño cuando sólo hay una opción posible
- Dejar que los niños cometan sus propios errores y que aprendan de ellos (siempre que no sea peligroso)
Una buena canguro debería: