La tendencia de estos últimos años nos invita a rescatar piezas olvidadas (como teléfonos de la década de los cincuenta, cabezales de forja, etc…) para restaurarlas, proponiéndoles un aspecto informal y ajustado a nuestro estilo, pero hoy en nuestro blog vamos a proponer una idea sencilla, que puede combinarse perfectamente con casi cualquier tipo de decoración; desde el rústico hasta el más puro Vintage. Y además con la satisfacción de haberla creado con nuestras manos.
Trabajando las tejas poseemos un enorme abanico de posibilidades y diseños; empleando la pintura acrílica por su fácil uso y su excelente limpieza o tomándonos mucho más tiempo para crear un elemento más complejo, porque como en todo, existen virtuosos de hacen de esto todo un arte.
Vayamos con los pasos a seguir:
Limpiaremos con esmero la teja para dejarla libre de cualquier resto o suciedad. Podemos emplear algún producto desengrasante (que sea poco abrasivo) o detergente y un barreño con agua, dejándola secar después. Por razones obvias escogeremos piezas que tengan una superficie homogénea sin desconchones o bruscas variaciones de textura.
Seguidamente marcaremos, con ayuda de un punzón o un clavo dos agujeros simétricos, que utilizaremos para ensartar la cuerda que servirá de agarre. Una vez realizadas las marcas procederemos a taladrar con una velocidad constante y sin percutor.
Una vez que acabemos con el taladro lijaremos la pieza utilizando un lija de grano fino para eliminar las diferencias de textura. También seremos extremadamente cuidadosos a la hora de eliminar cualquier rastro de polvo del lijado para la imprimación posterior.
Si deseamos un dibujo propio, realizaremos el contorno del mismo para aplicar posteriormente el producto de imprimación que nos aconsejen en nuestra tienda de bricolaje. Un modo de sustituir la imprimación es emplear una capa de cola blanca diluida en agua.
Una opción menos elaborada es utilizar una imagen estampada. Si ésta es nuestra elección, después del lijado aplicaremos una base de cola blanca sobre la teja para adherir seguidamente la imagen, prestando mucha atención en los bordes y alisando perfectamente el dibujo. Una vez adherida emplearemos un producto sellador por toda la superficie.
Como detalles accesorios podemos envejecer el resultado con betún de judea, añadir pasta de relieve o pegar pequeños objetos como flores secas, etc…