Los trabajadores de Telemadrid han hecho un corto de animación en el que explican la verdadera historia de “Telemadrid, cómo destruir un servicio público”. Culpan a Esperanza Aguirre de haber dinamitado la cadena pública. El resultado de su gestión es una caída de la audiencia de más de 12 puntos desde que la convirtió en su aparato de propaganda. De la mano de los que a sí mismos se llaman el Lado Oscuro, una redacción paralela fichada a dedo por Agustín de Grado, el director de Informativos se encargó de desinformar a los madrileños.
Esperanza Aguirre no dudó en beneficiar a sus “amiguetes”, argumentan los trabajadores, provocando la ruina de Telemadrid. En concreto, señala a Ernesto Sáenz de Buruaga, quien, con su productora New Atlantis, facturó a la cadena 10 millones de euros en sólo cuatro años. Fernando Sánchez Dragó se llevó la friolera de 3 millones de euros por cuatro programas de Dragolandia y Noches Blancas, con un coste de 6.000 euros por programa. La película Sangre de Mayo, de José Luis Garci, encargada expresamente por Aguirre a mayor gloria de la Comunidad, constó 15 millones de euros con cargo a Telemadrid.
Sin embargo, el que más regalos se llevó de la cadena pública es el productor de cine Enrique Cerezo, que gestionó la publicidad de la cadena y vendió los derechos de todas sus películas. Según aseguran los trabajadores, se llevó 230 millones de euros, casualmente, lo mismo que debe Telemadrid. “No sobran los trabajadores, los que sobran son sus gestores”, concluyen en rechazo al ERE que va a suponer el despido de 925 trabajadores.
Por otra parte, los grandes grupos periodísticos privados están hoy más controlados por los bancos. El grupo Prisa —El País y la Ser— ya no es de la familia Polanco, sino de un pool bancario encabezado por El Banco Santander, HSBC y Caixabank; El Mundo depende en buena medida de la banca italiana; los agujeros de Vocento-ABC han sentado en el consejo al Banco Santander y el BBVA; el dueño de Antena3-LaSexta-La Razón es vicepresidente del Banco Sabadell; el hombre fuerte del consejo de Zeta-El Periódico es un ex consejero de Bankia muy bien conectado con La Caixa, y el dueño del Grupo Godó y La Vanguardia es vicepresidente de La Caixa.