Creo que todo lo que pueda contaros de Venice no describe el ambiente y la excentricidad que se respira en este barrio único de Los Ángeles.
En junio fue la segunda vez que visité la ciudad. Tenía claro lo que quería volver a ver y por dónde quería pasear. Sin duda Venice estaba en mi lista.
La primera vez , estuve unas pocas horas y pude ver la cantidad de gente que recorría las playas en bici. Así que sin pensarlo dos veces, y aun sabiendo que la cantidad de ciclistas que había era enorme y me sería difícil moverme entre ellos, fui a alquilar una bici en Santa Mónica, donde me alojaba. La alquilé para 4 horas y fue toda una experiencia.
El aire en la cara, la playa a ambos lados del carril bici, cientos de personas patinando, caminando, haciendo malabares. En 20 minutos estaba en Venice. Y según te aproximas al barrio por el Ocean Front Walk, te das cuenta de que el ambiente ha cambiado. Música, olor a pintura, personajes disfrazados, adivinos, indigentes bailando, ¿estamos en la Venecia californiana?
Quizá parezca que el nombre no es el más apropiado, pero Venice tiene una historia que nadie se imaginaría cuando paseas por sus calles. Abbot Kinney, fue el fundador del barrio, su playa y sus famosos canales. Su intención era reflejar el ambiente hippie y bohemio donde abundaran centros musicales y galerías de arte.
Además, quería recrear la Venecia italiana en California. De hecho, si te alejas un poco del bullicioso paseo marítimo, descubrirás una Venice diferente. Busca la calle que dio nombre a su fundador y date un paseo tranquilo por sus tiendecitas modernas y coloridas y sus pequeños restaurantes de comida sana.
Volviendo al paseo marítimo, hay dos cosas que me encantaron de Venice: el arte y el parque de patinaje. La vida y el ambiente se refleja en los artistas callejeros que inundan el barrio con sus pinturas.
Y si te acercas a la playa verás el lado más deportista de Venice. A un lado, canchas de baloncesto junto con uno de los gimnasios al aire libre más famosos del mundo. En el Muscle Beach han entrenado culturistas famosos como Chester Yorton y el conocido Arnold Schwarzenegger.
Y al otro lado, una pista de skate con muchas rampas y huecos para hacer saltos con diferentes grados de dificultad. Para mi sorpresa, dos niños de 7 años manejaban su patín como si hubieran nacido con él. El público que observaba estaba boquiabierto y yo, ¡no podía parar de hacer fotos!
Venice es un barrio con mucha vida. Cuando se va el sol, no conviene quedarse en el paseo marítimo, ya que no es el sitio más seguro de noche; pero es el momento de acercase a Main Street y Abbot Kinney Street para tomar un cóctel o una cerveza, y disfrutar de la happy hour en High Rooftop Lounge, la terraza del hotel Erwin.