Los niños y niñas recién nacidos no tienen constancia del día y la noche durante sus primeros meses de vida. Duermen a lo largo de las 24 horas en periodos totales que deben oscilar entre 14 y 17 horas, aunque en algunos casos este tiempo puede llegar a ser mayor, incluso de 19 horas. Los recién nacidos se despiertan cada poco tiempo para comer, aproximadamente cada dos o tres horas. Esto ocurre porque su estómago aún es muy pequeño como para retener la leche materna o la de fórmula. De este modo, la sensación de apetito es constante. No obstante, cada bebé es un mundo, y los hay que tienen dificultades para dormir, que no descansan bien; y también están aquellos que duermen durante periodos más largos de tiempo y hay que despertar para que se alimenten. Nos centramos en los primeros y más en concreto en esos problemas para conciliar el sueño en los recién nacidos.
¿Cuáles son los problemas del sueño en los niños de cero a seis meses de vida?
Las dificultades para dormir en los niños pequeños suelen ser temporales, no generan problemas a largo plazo, pero sí es muy común que en los primeros seis meses de vida aparezcan algunos trastornos.
Uno de los más populares es el trastorno respiratorio del sueño, que se da principalmente en niños con malformaciones craneofaciales. Por otra parte, los movimientos rítmicos relacionados con el sueño sí son más frecuentes.
Se trata de ademanes, gestos o movimientos estereotipados y rítmicos que hacen los bebés con la cabeza, el cuello, el tórax o todo el cuerpo. Aparecen cuando el pequeño ya está dormido y se repiten constantemente en este tiempo.
Son de baja importancia porque no tienen asociados males mayores, además existe cierto control por parte del bebé, pero conviene adoptar medidas de seguridad como incluir barras protectoras o chichoneras para evitar golpes de gravedad. En caso de que persistan más allá de la etapa escolar, sí hay que buscar remedio.
Por último, la afección más repetida en los bebés que no duermen de manera adecuada es el conocido como insomnio conductual. Esto es un comportamiento provocado por rituales o dependencias que impiden el sueño independiente de los bebés: dormir en los brazos de los padres, en su compañía, con permanente contacto físico, etc. Dormirse pasa a ser un proceso cada vez más prolongado y dificultoso que acaba afectando a la dinámica familiar.
¿Cómo enfrentar estos problemas de sueño en los bebés?
La máxima en salud dice que más vale prevenir que curar. Con el sueño y los bebés ocurre algo similar, pues es más fácil prevenir el insomnio conductual que tratarlo. En última instancia lo que toca es reeducar el sueño del bebé, con el abandono progresivo de esas prácticas de contacto continuo hasta que el pequeño se sienta sereno y seguro.
Un segundo consejo útil para mejorar la calidad del sueño del bebé pasa por hacer que se sienta cómodo y seguro. Aquí entran cuestiones como descansar en una habitación tranquila y poco ruidosa, con un bajo nivel de luz, sin estímulos constantes y cuidar la higiene y el aseo.
Así, usar pañales de calidad que atrapan la humedad evitan que el recién nacido sienta sus piernas mojadas y se despierte con incomodidad. Los pañales de marcas como Dodot que mantienen a tu bebé seco son de gran ayuda para conseguir este objetivo.
Por otra parte, existen técnicas que están enfocadas a que los miembros más pequeños de la familia descansen plácidamente y sin riesgos. Estas pasan por colocar siempre al bebé boca arriba y sobre la espalda, utilizar colchones que sean firmes y estables, con sábanas bien ajustadas, no colocar nada más en el moisés o la cuna salvo algún pequeño peluche que le ayude a dormir, evitar el sobrecalentamiento y facilitar el sueño con el chupete solo cuando este no lo rechace.
Recomendaciones de los pediatras para el sueño de los bebés
La fórmula básica que los pediatras invitan a poner en marcha cuando se trata del sueño de recién nacido es que duerma solo, boca arriba y en una cama o cuna ordenada. En cualquier caso, hasta el primer año de vida los pequeños han de dormir en la habitación de los padres, en cama separada.
En caso de que persistan determinados problemas de sueño, es conveniente consultar con un especialista médico antes de iniciar cualquier remedio. A pesar de que todo son claras las recomendaciones básicas generales, un exceso en el protagonismo por parte de los padres, que creen que ya tienen experiencia, puede resultar problemático a largo plazo.
Finalmente, las mujeres embarazadas deben recibir atención prenatal regular, pues así se va controlando el desarrollo del futuro bebé cuando aún no ha nacido y se puede evitar alguna patología peligrosa o reducir las posibilidades de que el bebé sufra la muerte súbita del lactante.