Revista Moda

Como elegir tu crema facial ideal y no morir en el intento

Publicado el 14 octubre 2015 por Laregiagatubela @laregiagatubela

Qué amplio y desconocido es el mundo de las cremas faciales: están las de día, las de noche, antiarrugas, antimanchas, antiedad, para piel seca, para piel grasa, para piel mixta, con ácido hialurónico, los sérum, las que yo llamo remix (que hacen de todo para todo) y así hasta el infinito y mas allá….

LRG Magazine - Elegir tu crema ideal - 1

Nos bombardean en los canales de televisión con anuncios fabulosos que nos prometen la deseada panacea que es estar joven eternamente, con modelos espectaculares de caras tersas y sonrientes; y una piensa desde el sofá de su casa yo quiero estar como ellas, pero desengáñate, es todo una pura falacia.

Eso por no hablar de cuando después de hacer una lista interminable de las cremas que crees que mejor te pueden ir y desesperada por no saber cuál o cuáles comprar tomas la errada decisión de ir a unos grandes almacenes a que “una profesional de la belleza” te asesore y una vez allí te acercas hasta la zona de belleza y cosméticos y tímidamente le dices a la maquilladísima y perfumadísima dependienta ‘necesito una crema facial, porque empiezo a notar que ya tengo una arruguita aquí, una manchita allá, un poco de flacidez, he perdido tersura’, etc.

 Y la “profesional de la belleza” te pregunta astútamente, ¿que tenias pensado?, (carajo, si tuviera algo pensado no estaría hablando contigo) y una en su esfuerzo de cumplir con el objetivo fijado (tener la crema facial que mejor vaya contigo) responde pues no lo sé, he visto varios anuncios por la televisión y creo que… En ese momento “la profesional de la belleza” que ya se ha hecho una composición de tu ignorancia al respecto de productos faciales te interrumpe diciendo acompáñame al mostrador, y ahí, te aseguro yo, que ya has caído en sus redes.

La maquilladísima y perfumadísima “profesional de la belleza” que ya te mira con el signo del $ en sus ojos empieza a marearte con distintos productos que por supuesto son sin lugar a dudas y según su criterio los mejores para tu cara y harán que luzcas joven y regia de por vida (todo mentira). Pero claro, ahora viene lo peor que es cuando toca hablar del precio de esas maravillosísimas cremas faciales que van en raquíticos botes de 30ml que, recordemos, según nuestra dependienta son las que nos mantendrán eternamente jóvenes y mientras que a la “profesional de la belleza” sus ojos se le inflaman aún más con el signo del $ a nosotras se nos ponen los ojos en blanco pensando en todo el dineral que nos vamos a tener que gastar para estar como las deseadas chicas de los anuncios de la tele.

Finalmente, anestesiadas por toda la información y por el aroma pesado del perfume de la dependienta (he llegado a la conclusión de que el uso de esos perfumes forma parte de su estrategia para dejarnos atontadas), decidimos comprarnos el “combo” que nuestra “profesional de la belleza“ nos ha aconsejado y salimos del maravilloso centro comercial con la sensación de no tener la certeza de haber acertado y con 200€ menos en el bolsillo y con una mini bolsa preciosa con 3 botecillos insignificantes de 30ml cada uno….

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En fin mis queridas lectoras, esto mismo me pasó a mí y para evitar que cada una de vosotras pueda caer en esta trampa que al final lo único que consigue es hacerte un hueco enorme en la cuenta bancaria, mi más sincero consejo es que elijáis un tratamiento facial de acuerdo a vuestras necesidades. Y ahora os estaréis preguntando ¿y cómo acierto? Muy sencillo: lo primero, saber cuál es tu tipo de piel, mixta, grasa o seca (eso no es difícil ¿verdad?); luego, ser sincera contigo misma y valorar lo joven o menos joven que está, para saber que si la misma ya tiene signos de vejez (arrugas, manchas, flaccidez) necesitarás una crema anti-edad y si aún está lozana y joven necesitarás una crema para prevenir los signos de envejecimiento y mantenerla fresca y limpia de impurezas y, por supuesto, no esperar en ningún caso un milagro, ya que los milagros a Lourdes y muchas veces ni eso y algo treméndamente importante: no porque sean las más caras son las mejores. En temas de tratamientos faciales, como en otras muchas cosas de la vida, menos es más, os lo aseguro…

Después de estas pequeñas premisas, un último consejo antes de deciros hasta luego: perseverancia, mis queridas lectoras, P E R S E V E R A N C I A, todas las mañanas y todas las noches, llueva, truene o caigan chuzos de punta, a ponerse la crema mientras seguimos soñando, mirándonos al espejo, con conservar o tener esa piel de la chica del anuncio que, como tantas cosas de esta vida, no son eternas.

Ursula M.


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