¿Cómo elegir un hospedaje bueno, bonito y barato?

Por Viajaelmundo @viajaelmundo

Cómo elegir un hospedaje bueno, bonito y barato es una pregunta constante en quienes quieren comenzar un viaje. Debo confesar que a mí no me gusta mucho la idea de recomendar un sitio en específico porque "entre gustos y colores no han escrito los autores", y lo que es bueno para mí, a veces no resulta tan encantador para otro. Pero lo cierto es que hay algunas opciones a las que podemos acudir cuando vamos a viajar fuera de Venezuela y así lograr que el tema del hospedaje no sea tan costoso ni engorroso: quedarse en hostales, hacer couchsurfing o alquilar un sitio en Airbnb. Eso sí, hay que ampliar un poco la mente. Estas opciones son para aquellos que gusten viajar con poco presupuesto, mochila al hombro, maleta pequeña y que tengan muchas ganas de conocer gente, culturas y probar nuevas comidas. Suena tentador, ¿ah? Aquí les detallo un poco:

Es una de las opciones más sencillas y prácticas a la hora de buscar un lugar para dormir. Hospedarse en un hostal significa que vas a compartir una habitación con otros viajeros: quizá cuatro, seis, ocho, diez, catorce y he visto cuartos mixtos hasta con dieciocho personas. Mientras más gente en la misma habitación, más económico es el precio. Se duerme en literas y el hostal, normalmente, provee la sábana y funda para la almohada, pero tú debes encargarte de tenderla y devolver todo al final de la estadía. Hay Hostales. lockers para que guardes tus cositas y por eso siempre debes llevar un buen candado contigo. También la mayoría de los hostales ofrecen cuartos privados para una o dos personas y aunque el precio por noche es más alto que compartir la habitación, sigue siendo más económico que una noche de hotel. Pero deben saber algo más: los baños siempre son compartidos -y a veces no hay muchos-; pueden llegar a ser sitios ruidosos y créanme, siempre hay alguien que ronca muy fuerte. Sin embargo, hay otras cosas buenas: muchos incluyen el desayuno -aunque sea sencillo- y también el wifi, pero sobre todo nos da la grandiosa oportunidad de conocer viajeros de otros países, convertirlos en nuestros amigos y así seguir planeando aventuras por el mundo. Me pasó en este hostal en , en y en para que tengan una idea. Y aunque hay muchas páginas en las que puedes chequear los hostales, precios, ubicación y ver las valoraciones, yo siempre reservo por Dormir en hostales es la opción que más me gusta cuando estoy viajando.

Couchsurfing. Tiene un gran atractivo: duermes en casa de un local, sin pagar nada. Esta página desarrolla el concepto de que, para dormir, necesitas al menos un sofá y si alguien lo tiene en su casa y está dispuesto a recibirte, pues ya está, te quedas allí compartiendo con su familia, mascotas o como venga. Así que opciones hay muchísimas y gente dispuesta a recibirte, también. Hay que registrarse en su página, colocar todos los detalles posibles para que las personas que lean tu perfil tengan claro que no eres ningún loco y también, por seguridad. Es una excelente manera de compartir y aprender de locales, probar nuevas comidas y practicar la tolerancia, pues estarás en un espacio que no es tuyo y dependes de sus reglas, costumbres, manías. Una vez que estés registrado y sepas ya cuál es tu destino y fecha de viaje, puedes hacer búsquedas de viajeros dispuestos a recibir a otros y, después de ver su perfil -hazlo siempre con detenimiento- le puedes enviar una solicitud que te pueden responder interesados o no. Así que siempre es buena idea preguntar en más de un sitio -a veces hasta en diez- para tener suerte. A pesar de que formo parte de la comunidad de Couchsurfing, he hecho pocas solicitudes y he conseguido cero respuesta; así que he terminado haciendo Couchsurfing no oficial: pregunto por las redes si alguien me quiere hospedar, responden y listo, un viajero más por conocer. Así fue que llegué a casa de una venezolana en y estuve con ella una semana entera. Otra cosa buena de esta opción de hospedaje es que, en caso de que no tengas espacio en tu casa para recibir viajeros, te puedes ofrecer como guía de tu ciudad o simplemente dejar saber que estás ahí para conversar un rato y aprender nuevas cosas.

recibirás Airbnb. Este concepto de hospedaje me encanta, porque me parece que da una libertad divertida para elegir dónde quedarse. Puedes alquilar habitaciones -compartidas o privadas- y pasar la estancia con el dueño del lugar, o puedes optar por apartamentos o casas para ti o un grupo en las que puedes estar a tus anchas, pero siempre siguiendo las normas de quien te está alquilando el sitio. Las opciones de alojamiento son muy variadas y quizá haya dos cosas en contra: te cobrarán una pequeña comisión y a veces, hay que buscar muy bien, porque no suele ser tan económico. Lo bueno es que si te registras a su página desde 20$ de descuento para tu primera reservación y eso siempre ayuda muchísimo. Tengo previsto alquilar una habitación en un próximo viaje, así que cuando lo haga, vengo aquí a contarlo.

Si ya has probado alguna de estas opciones de hospedaje y quieres contar la experiencia, deja un comentario y así seguimos viajando mientras nos leemos.