Elegir bien una almohada es esencial para disfrutar de un descanso placentero y un sueño verdaderamente reponedor además de ser muy positivo para nuestra salud, muchos de los dolores cervicales y de cabeza se producen por una almohada regular o que no se adapta al cuerpo y fisionomía del usuario, en general, a la hora de elegir una almohada debemos seguir la misma regla que para elegir un colchón: buscar la que nos resulte más cómoda y nos ayude a mantener la columna vertebral en una postura correcta y natural, la almohada debe permitir que la columna quede recta igual que cuando te encuentras de pie, dependiendo de la posición que adoptes al dormir, deberás utilizar una altura y dureza determinada.
es la opción más recomendable, y lo ideal es hacerlo con una almohada delgada o incluso sin ninguna. Si es demasiado gruesa o demasiado fina tus vértebras cervicales sufrirán y podrás tener contracturas o rigidez en el cuello al despertar y dolores de cabeza.
- Dormir de lado: la almohada deberá ser gruesa para que el cuello quede alineado con el resto de la columna, salvando el ancho del hombro, los hombres que duermen de lado, al tener los hombros más anchos, suelen requerir almohadas algo más gruesas. Una almohada demasiado fina, si duermes de lado, puede provocar problemas graves como hernias con el paso de los años.
- Dormir boca abajo: debemos usar la almohada más delgada posible, para reducir el esfuerzo y torsión de las cervicales.
Si cambias mucho de postura durante la noche lo recomendable es elegir una almohada de grosor intermedio.
Dormir boca abajo es la opción menos recomendable a largo plazo, si duermes así... ¡cambia!
Al igual que el colchón, la almohada debe estar hecha de materiales naturales como plumas, plumón, látex natural o con hilo de carbono son las opciones más cómodas, pero también existen de fibra, viscolástica, algodón, lana, cascaras de trigo... etc.
¡Hasta pronto!
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