Suele suceder que los empresarios Delegar no significa dejar de controlar; solo liberarse de lo operativo para recuperar la visión estratégica del negocio pyme vean a las grandes empresas como algo lejano a su realidad. Es común escucharlos decir: "en las grandes empresas, hay plata para todo, en una empresa grande trabaja cualquiera, un gerente de una gran empresa no dura ni cinco minutos en una pyme, etc."
Las pequeñas empresas quieren parecerse a las grandes, pero no saben cómo, o lo ven como algo muy lejano, cosa que puede ser cierta y hasta irreversible sino se animan a entender los sacrificios que requiere el camino de ser pequeño a grande.
¿Por dónde comenzar? Lo primero es asumir que cuando uno quiere crecer la empresa se vuelve más compleja y requiere de más procesos, profesionales y delegación. Esta última suele ser la palabra más temida y para muchos una batalla ya perdida.
Delegar implica asumir que el otro no va a hacer las cosas como uno; que esa persona va a equivocarse y, tal vez, no le va a importar tanto como a nosotros. Delegar no significa dejar de controlar; solo liberarse un poco de lo operativo para recuperar la visión estratégica del negocio.
No hay que olvidarse de que uno es el máximo responsable por los resultados y, por ende, debe preservar la visión integral, ser un gran comunicador y armonizador.
El número uno de la pyme debe tener la posibilidad de proyectar y delegar las cuestiones operativas en gente capaz, comprometida y profesional. Debe ser quien, como un buen número cinco en el fútbol, pare la pelota para ver si es momento de atacar o defender. Tal vez, sea mejor un 1 a 0 conservador que perder por un gol en el último minuto por no poder adelantarse a la estrategia de su contrincante.
Si querés una empresa de gigantes, contratá gigantes.
Fuente http://www.buenosnegocios.com/notas/2274-como-empezar-pensar-grande