Hacia tiempo que tenía un poco olvidada esta sección y no por falta de fragmentos, si no por no saturar más el blog, esta semana la tengo repleta de médicos, con muy poco tiempo para escribir reseñas, así que la rescato al hilo de la ultima novela reseñada... Lo que me queda por vivir de Elvira Lindo.
"La radio me estabilizaba, tenía que someterme a diario a la disciplina de hacer que mi voz sonara alegre en días que tu sabes que la voz no me salía del cuerpo. Cuando hablas para un público siempre hay algún tipo de impostura: eres tú pero con un optimismo que no tienes, eres tú mostrando un interés que no sientes o eres tú con una preocupación social que ese día te da por culo. Debajo de la voz importante que alguien escucha en casa siempre hay una persona mucho más pequeñita. Pero esa impostura también te fuerza, te corrige, te obliga a actuar, a hacer el esfuerzo, a interpretar... Y al fin y al cabo eres tú, eres tú haciendo un papel de ti misma."
Los que me seguís de hace tiempo sabéis que he sido periodista, digo he sido porque hoy no ejerzo, decidí dedicarme a ser madre, decidí disfrutar de mis hijos y mis horarios no me lo permitían, uno de mis campos y en el que más he disfrutado ha sido la radio, y recuerdo de días en los que la voz no me salía, de días de tanto bajón que pensaba como iba a presentar un informativo sin que se me notara, y era entrar en la cabina, era ponerme los auriculares era ver el piloto de estar en el aire y me transformaba, era yo, pero no lo era, era mi voz, pero una voz impostada, una voz que no sentía ni pena, ni cansancio, ni dolor, en cuanto aquel piloto se apagaba, en cuanto me quitaba los auriculares, en cuanto salía de aquella cabina, volvía el abatimiento, volvía la desazón...
En mi reseña hago incapie que he entendido a la protagonista en el ámbito profesional y no he sido capaz de entenderla en su papel de madre, puede que la explicación se encuentre en esta reflexión, o quizás en que no veía nada claro como se movía en su vida privada...