Luz y oscuridad. No son más que las dos caras de una moneda que nos empeñamos en observar desde un único punto, desde una perspectiva en la que nos empeñamos en sacar siempre el mismo resultado al tirarla al aire, como si algún maldito Dios jugase con nosotros cual juego de rol y fuésemos meros peones en un juego que no podemos comprender y que, hagamos lo que hagamos, estamos condenados a perder, pues la meta es siempre la misma. La oscuridad.
Entonces, ¿por qué la gente es capaz de ver la luz? ¿Por qué ven ese brillo de esperanza que yo soy incapaz de atisbar? ¿Por qué no se hunden en la penumbra que me empaña la vista cada día? ¿Por qué la raza humano es tan ingenua?
Perderéis, conmigo. Yo os arrastraré hasta el final. No sois más que ilusos empeñados en ver espejismos de esperanza en un juego que nos tiene condenados.
Carmelo Beltrán@CarBel1994