Cómo enfocarse en la era de la distracción.

Por Andi

Hoy vamos a proponer, de manera simple y concisa, algunas soluciones prácticas a uno de los problemas más frecuentes que el individuo posmoderno enfrenta a diario: la distracción.

La clave parece simplista: ENFOQUE, CONCENTRARNOS EN LO IMPORTANTE. Pero así como nadie se convierte en Messi por verlo jugar, lo mismo ocurre con quienes intentan mejorar su productividad. Ya han leído muchas veces cosas parecidas, pero nada cambió en sus rutinas.

Vivimos en la era de la información, que a la vez -curiosamente- es la era de la distracción. Las herramientas que se suponían destinadas a que ahorremos tiempo son las que más tiempo nos consumen. Ya lo anticipó Cortázar cuando escribió "cuando te regalan un reloj (...) te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj". Cambiemos reloj por smartphone y tenemos al verdadero Nostradamus.

Tengo un amigo que hace un par de años anunció que dejaba Facebook de manera definitiva. Abundaron mensajes del estilo "No te va a durar mucho", "¿Te crees el Che Guevara? ¡Madurá!", "¿Te pasa algo?, no seas gil", entre los más leves. A los seis meses reactivó su cuenta. No pudo contra la corriente. Hemos asumido de manera implícita un contrato social que estipula mantenernos conectados todo el día. Y quien viole este pacto pareciera digno de ser humillado. Todo por anular una cuenta personal en un sitio web.

Ahora bien, este no es un llamado al ascetismo. No es digno de la inteligencia humana tener que huir de sus propias creaciones, sino aprender a utilizarlas de manera responsable. Esquivar el estrés, reconocer que no siempre es tan divertido, que queremos hacer muchas cosas y le echamos la culpa a la falta de tiempo que nosotros mismos generamos, que nos gustaría respirar un poco.

Si llegaste hasta aquí, te propongo un ejercicio para probar lo que estamos diciendo: mientras leías todo esto, ¿cuántas veces fuiste distraído por algún estímulo o tentado a hacer otra cosa? ¿Cuántas veces pensaste en algo que querías hacer, revisar tu e-mail u otro pasatiempo favorito? ¿Cuántos sonidos y/o imágenes interrumpieron tu lectura? ¿Cuánta gente trató de llamar tu atención?

En un mundo ideal, las respuestas a todas estas preguntas deberían ser "cero". Eres capaz de leer sin distracciones y enfocarte en una tarea a la vez. Sin embargo, la mayoría de nosotros somos bombardeados por distracciones múltiples. Es momento de plantear algunas soluciones: 
SEPARA TU DÍA. Destina un tiempo para crear y otro para consumir información y comunicarte. Cuanto menos cruces o alternes estos segmentos y más específicos sean, más probabilidades tienes de mejorar la calidad de cada uno. Puedes -y es sano- repetirlos a lo largo del día, pero que no convivan. Por ejemplo, 45 minutos para crear, 45 minutos de distracción, 45 minutos de vuelta a crear, y así sucesivamente. Un tiempo para cada cosa.

Una aclaración: crear no es solamente para artistas. También se crean clases, productos, servicios, reportes. La mayoría de nosotros creamos, a menos que tengamos una rutina de trabajo que no implique aportar algo propio y aprender nuevas habilidades. En tal caso, sería interesante plantearse qué estamos logrando y si realmente podemos proyectar nuestro futuro en trabajos donde somos tan reemplazables como un engranaje, pero ese es tema de otro artículo.
PLANIFICA EL CAMBIO. Cambiar no es nada más dejar de hacer. Es fundamentalmente implementar un nuevo hábito positivo. No se trata de dejar una actividad improductiva y encontrarte sin saber qué hacer con tu tiempo libre. Planifica. Escribe en una hoja, no Word, Bloc de notas ni Wordpad, sino en una hoja real, una actividad que se ha pospuesto y realmente quieres llevar a cabo. Plasmar tus ideas en un papel en vez de nada más pensarlo ya es en sí mismo un cambio.
COMIENZA DE A POCO. Cuando nos decidimos a cambiar algo, tendemos a la brusquedad. De cero a cien, sin escalas. Esta es la principal causa de fracaso en nuestros planes. Si acostumbras a pasarte dos horas por día viendo los posteos de tus contactos en Facebook, navegando en sitios que no te aportan algo relevante o cualquier otra actividad que te demanda un tiempo que te gustaría utilizar mejor, la solución no es dejar de hacerlo de manera instantánea. Eso te encontrará pronto haciéndolo de nuevo. Es fácil cambiar de repente; lo difícil es mantenerlo en el tiempo. Para ello, debemos comenzar con muy poco. Cinco minutos menos de distracciones al día es una buena medida. ¿Ridículo? Te desafío a quitar de manera consciente, de alguna actividad improductiva que vienes haciendo desde hace años, cinco minutos al día durante un mes para implementar el punto 2. Cinco minutos de abdominales por día, cinco minutos para escribir, para crear, para aprender algo nuevo. Cinco minutos para salir de tu cueva y dar un paseo. Te aseguro que no es tan fácil como parece. Tendemos a pensar que los cambios deben ser drásticos. Sin embargo, eso no suele durar en el tiempo. En ese sentido, la vida se parece más a una maratón que a los 100 metros llanos.
COMIENZA CON POCO. Otro de los errores clásicos no es sólo cambiar de golpe, sino cambiar mucho a la vez. Un horario detallado por horas con cinco nuevas actividades. Al mes, ningún cambio. Empezar por cambiar un hábito a la vez ya es suficiente desafío. Recién cuando sientas comodidad al hacerlo es momento propicio para sumar otra actividad. La motivación debe ser justamente la facilidad.

En resumen, se trata de utilizar tu tiempo para aprender cosas nuevas que te sirvan para mejorar tu calidad de vida. Muchas veces nos quejamos de la monotonía, pero en nuestro tiempo libre somos tan rutinarios como en nuestros trabajos. Einstein escribió: "Locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes".

Puedes alegar cansancio, hastío, mil cosas diferentes. Por lo tanto, es necesario comenzar con poco. La responsabilidad del cambio personal sólo depende de ti. Puedes lograrlo si utilizas una táctica inteligente. No te deseo suerte, ya que esto no tiene que ver con el azar. Te deseo éxitos. Sólo tú sabes qué ganará el mundo si enfocas tu talento.