Una de mis películas favoritas de animación. El claro ejemplo de que DreamWorks empieza a pensar como Pixar. El argumento superficial tiende al tópico, con ese niño inadaptado en su entorno, que ya hemos visto cientos de veces, pero con el paso de los minutos, se nos regalan capas y capas de reflexiones humanas, tanto simples como complejas. Y si esto puede atraer al lado más adulto, no se olvidan de los niños, con un grupo de secundarios tanto de humanos como de dragones, que dan ese toque de humor agradable pero no tan infantil como se podría esperar. Por último, destacar la épica banda sonora de un John Powell tremendamente acertado.
Mi Puntuación: 8.3