Desde el profundo silencio encuentro el sentido de mi existencia. Debo dejar atrás sin saber que sucederá cuando empiece a despertar.
Sabrás después de un tiempo prudencial esa verdad que te mantiene alerta. Miraran sus rostros, los contemplarán sin decirse nada. Pues el alma sabe comunicarse de otra manera.
Desearas sentir el aroma de esa flor que esta a punto de abrirse al sol en esa mañana de primavera.
Dibujaran en el cielo las verdades dichas en ese encuentro descubriendo el conjunto de coincidencias que acompañaron por separado ese camino.
Sonreirá en ese instante y lo absorberá lentamente. Hasta sentir el fuego que arde, que activa ese corazón esperanzado por una tibia promesa de esperar que todo suceda.
Fe que se alimenta, pero invita a ser desde otro lugar.
Creencias derribadas por el sentido mas puro que habita en su ser.
Cae el disfraz de aquel que se convencía a si mismo que solo tenía una sola cara.
Se ve el verdadero rostro y comienza a ser aquello que es. Desnudo ante el alma que recorre eternidades, se posa frente y sin miedo, se deja llevar por ese sentir poderoso, observa sus ojos y entre tanta humedad pronuncia en un tono armonioso: SÉ DESPUÉS DE TANTO TIEMPO, LO QUE DEBO HACER AHORA. SE AFERRO A SUS MANOS, ESPERO UN INSTANTE Y SALIÓ DENTRO SUYO EL "PERDON" QUE ARRASTRÓ CONSIGO EN SU AUSENCIA.
Secó las lágrimas, dejo que encuentre palabras, pero no hace falta. Basto acercarse con todo ese amor que guardaba día tras día para fundirse en ese abrazo que espero todo ese tiempo. Es esa fuerza inexplicable la que une, enreda y tensa esas almas. Equilibrio y perfección. Se vive allá arriba y también acá abajo.
Silencio....