¿Cómo es la adaptación al colegio cuando comienzan con 4 años?

Por Patadita Paloma Micó @pataditablog

Como sabéis mi hija no comenzó el colegio en P3. Ella empezó Educación Infantil en P4, en el segundo año. Fueron muchas las razones por las que lo decidimos así, y aunque sobrevolaban muchos miedos y muchos comentarios como que "iba a ser más complicado adaptarse para ella" y que "entraría con retraso respecto al resto de los demás compañeros y compañeras", el balance ha sido muy bueno.

He recibido muchos mails preguntándome sobre esto mismo y sobre cómo fue estar en casa con mi hija durante ese primer año de NO escolarización, y resumiendo la contestación a la segunda pregunta, diré que es verdad que en ocasiones, estar con una niña de 3 años 24/7 puede saturar. De hecho pienso que los 3 años son peores que los 2 en lo que a rabietas y discusiones se refiere, así que fácil no fue e incluso muchas veces me acordé del colegio, pero lo volvería a hacer porque creo que ha sido muy beneficioso para ella.

A la primera pregunta voy a contestar con nuestra experiencia por si a alguien le sirve de ayuda, por si alguien está en nuestra misma situación o se está planteando que es mejor escolarizar en el segundo año.

¿Qué hizo en vez de P3?

El año que se suponía que tenía que estar en P3, ella estuvo acudiendo 2 tardes a la semana a clase de inglés, de 1 hora y media cada día, para que se acostumbrara a una rutina de clase, a tener una profesora y a estar con otros peques sin mi presencia. Y la verdad es que nunca hemos tenido ningún problema y el primer día se quedó súper tranquila. Aunque se notaba que no tenía las rutinas de otros niños que ya venían enseñados de clase, pero nada que no fuera salvable porque aprendió en seguida, supongo que igual que cualquier otro peque que entra nuevo a clase por primera vez, tenga la edad que tenga.

Por supuesto, el aprendizaje en casa, socializar y jugar en el parque, y realizar manualidades formaron parte de nuestro "año escolar".

La hora de la escolarización

Cuando la escolarizamos ella tenía muchas ganas, y ha sido muy valiente en muchos aspectos, pero en algunos momentos si he sentido que no estaba preparada todavía, que era muy pequeña. Pero no por no haber sido escolarizada con anterioridad, como mucha gente me decía, si no porque las cosas en las que ha tenido alguna pequeña dificultad, forman parte de su edad, de su personalidad y son normales. Aunque vayan al colegio, y creamos que ya son mayores (y ellos mismos lo digan), siguen siendo pequeños.

Que eche de menos a su madre en el colegio es normal, y de hecho a la hora de salida, las dos primeras semanas fueron un poco difíciles, porque cuando llegaba a recogerla estallaba en lágrimas porque me había echado de menos y "creía que me había perdido". Pero nunca ha llorado a la hora de la entrada, ni porque no quería ir al colegio por ejemplo.

Otros compañeros incluso más mayores si hemos visto que lo hacían. Así que creo que la edad, aunque también cuenta, es solo un factor, y la personalidad de cada uno es esencial para enfrentarse y adaptarse al colegio.

Adaptación a clase

No ha tenido ningún problema para coger el ritmo de clase, no ha habido ningún retraso en el aprendizaje, y desde el principio ha sido una más con sus compañeros y compañeras.

Es reseñable lo perdida que se sentía en clase al principio. No sabía que tenía que dejar su desayuno en algún sitio y luego comérselo, no sabía lo que era hacer asamblea, no sabía que luego tenía que ponerse su abrigo para salir de clase, la hora del patio le abrumaba porque los niños corrían y chillaban mucho, etc...

El problema no fue que le costase aprender, es que sus demás compañeros ya se lo sabían. Sabían de lo que iba el tema y ella no. La diferencia es que ella aprendió a hacerlo un año más tarde, y supongo que se sentía igual de perdida que sus compañeros el primer año que acudieron a clase.

Adaptación a la profesora

No hemos tenido mucha suerte, porque aunque en nuestro centro escolar la etapa de educación infantil es con la misma tutora los tres años, la profesora titular de nuestra clase está de baja, por lo que este año han tenido una nueva.

Por otro lado, es la única que Lucy ha conocido, así que el problema ha sido más para el resto de la clase. Pero esta misma profesora ha sido mamá y ha tenido su permiso por maternidad correspondiente, así que a partir de enero tuvieron otra tutora diferente. Era la profesora de apoyo que les había acompañado desde septiembre, por lo que ya la conocían, y a mí personalmente me gustaba mucho.

Lo bueno es que Lucy ha cogido cariño a ambas, ha conocido a varias personas que la han ayudado y en las que confía. También tiene una profe diferente de inglés, otra de música, y otra de psicomotricidad, y creo que es bueno que conozca varios perfiles diferentes.

Adaptación a los compañeros y compañeras

¿Qué pasa cuando llegas a una clase nueva y no conoces a nadie? Pues que tienes que conocer a los nuevos compañeros y compañeras. En cuanto se acopló a las rutinas en seguida comenzó a hablar en casa de amiguitas y amiguitos, pero tengo que decir que le costó un montón aprenderse todos los nombres, ha salido a mí.

Ha ido prácticamente a todos los cumples de la clase, y se ha hecho muy amiguita de varias niñas, aunque ella dice que quiere a todos sus compañeros y compañeras por igual.

Y hemos tenido suerte porque coincide que una de sus amigas también se va a comer a casa, que viven muy cerca nuestra y su madre es muy maja, así que tenemos muy buen rollo con ellas y es de agradecer.

Adaptación al patio de recreo

Su máximo problema en horas escolares era la locura del patio. Niños y niñas gritando, quitándose juguetes y sin respetar su espacio vital. Ella es muy respetuosa, siempre lo ha sido y no concebía que sucedieran cosas así.

El suceso de la primera semana con "el niño y la niña", que no son de su clase y que la cogieron de los brazos para "meterla en la cárcel" (juegan a policias y ladrones) para ella fue bastante traumático. Yo me asusté mucho porque cuando lo contó, lo hacía con mucha angustia y pena, pero no la habían pegado, ni la habían empujado, ni la habían dicho cosas feas... le habían metido en la cárcel cogiéndola de los brazos. Ella es así, muy sentida y sensible, y lo que otra persona se habría tomado como un juego, ella se lo tomó como una ofensa, así que trabajamos en decir "no", "suéltame", "déjame", "para" y en pedir ayuda a las profesoras si no se sentía bien.

Después de esto, estuvo un tiempo pasando los recreos cerca de su profesora, con la que hablamos y que no le dio más importancia, y al poco tiempo se sintió más segura en el patio y comenzó a alejarse de su profe protectora.

Ha estado todo el año hablando de "el niño y la niña" con una mezcla de rabia y miedo, porque no le gustaba nada cómo se comportaban. Sus primeros "archienemigos".

La última semana de clase, por fin Lucy se atrevió a decirle a "la niña" que no tratase mal a la gente y que no le gustaba cómo la trataba a ella. Todo un logro.

Adaptación al horario

A Lucy siempre le ha costado mucho irse a la cama y despertarse, el tema de las rutinas a la hora de dormir no ha sido nada fácil con ella desde siempre.

La ilusión por ir al colegio ha sido tal, que los primeros meses se levantaba como un resorte, contenta y con ganas, pero según avanzaba el curso el cansancio hacía mella en ella y teníamos unas mañanas de horror con llantos y gritos. Maravillosos todo para comenzar el día.

Y la hora de dormir la respeta bastante, pero también es muy estresante y la alarga todo lo que puede.

A ver este año, que encima me van a tocar la mayoría de los días a mi sola, y no voy a tener apoyo logístico y moral.

Adaptación a la salida y la entrada del colegio

Tenía que hacer un apartado especial sobre este tema porque me parece muy curiosa lo contenta que va al colegio tanto por la mañana como después de comer, y las situaciones que me ha liado todo el curso cuando la recogía a mediodía y por la tarde. Prácticamente todos los días.

Yo siempre he pensado que era una mezcla de cansancio y de estallido por lo que fuese que le había pasado en clase, y de por fin ver a alguien con quien tiene confianza y puede explayarse. Y esa soy yo, y me he tragado un montón de mala leche, gritos, llantos e incluso tortazos. Cualquier cosa era una excusa para estallar, ya fuese que no quería comer lo que había, que quería que la llevase en brazos o cualquier cosa random. Una locura diaria que he aguantado estoicamente y que espero que no se repita este año.

Adaptación al colegio

Le gusta su colegio, le gusta ir a clase, le gustan sus profes y sus compis, le gusta participar en las actividades que se han organizado durante todo el año. Aunque la granja escuela no le gustó mucho pero también fue una experiencia para ella.

Ser la encargada de clase, llevarse la mascota, disfrazarse en Halloween o en San Isidro, desfilar en Carnaval... Todo le encanta.

Tiene ganas de volver al colegio y creo que eso es buena señal. Ha sido un gran año para ella y para todos en casa. El cambio por fuera y por dentro ha sido completamente abrumador, y en resumen, no creemos que haber atrasado su escolarización haya sido malo para ella, todo lo contrario. Ha tenido una adaptación normal, solo que un año más tarde y siendo más mayor, así que tenía más herramientas para enfrentarse a ello.

¡Ah! Por si interesa, aunque no es lo más importante, ha tenido unas notas geniales, ha aprendido muchas cosas que ha puesto en práctica en casa, pero lo mejor de todo es que su profesora habló genial de ella en la tutoría de fin de curso y que sus compis de clase la valoran mucho, ella se siente muy querida y eso es importante.

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