¿cómo es la cosa, soy negro o qué?

Publicado el 21 febrero 2013 por Polvoegallo
En honor a la verdad, lo digo con el alma en las manos, experimento una angustia existencial de aquí al infinito cada vez cuando encuentro referencias a la gente afrodescendiente en Colombia que, a mi juicio, lucen desenfocadas. Admito que puedo estar equivocado en mi apreciación, pero para aceptarlo alguien tendría que presentarme unos argumentos convincentes, que derriben de manera contundente tal criterio que tengo al respecto. 
Veamos algunos ejemplos:
a. Dice el Departamento Nacional de Planeación (DNP), en uno de los tantos CONPES para nuestras comunidades: “Población negra-afrocolombiana, palenquera y raizal”. 

b. Programa Presidencial para la Formulación de Estrategias y Acciones para el Desarrollo Integral de la Población Afrocolombiana, Negra, Palenquera y Raizal”. No es del tema central de esta nota, no obstante, por mera curiosidad, me gustaría saber qué responde la persona que lidera este programa cuando le preguntan cuál es su cargo. Si yo fuera el titular de éste, no ahorraría ni una coma al identificarme, lo diría completo: “Soy el Alto Consejero Presidencial para la Formulación de Estrategias y Acciones para el Desarrollo Integral de la Población Afrocolombiana, Negra, Palenquera y Raizal”. ¡Emocionante! 
c. Un libro publicado recientemente por Jaime Arocha, entre otras personas, tiene como título: "Movimiento Social Afrocolombiano, Negro, Raizal y Palenquero".
Con lo anterior basta para manifestar que lo que interpreto es como si se quisiera dar a entender que los palenqueros y los raizales no fueran negros, ni afrocolombianos; sino, simplemente palenqueros, simplemente raizales.
Desde luego, los palenqueros son palenqueros, y los raizales son raizales. Esto porque son pueblos que presentan unas particularidades culturales que les permite identificarse como tales (por ejemplo, los creoles o lenguas criollas que hablan ellos). Al tiempo que, sin sombra de dudas (al menos que ellos lo negaran), son pueblos que pertenecen a la Etnia Negra, son afrodescendientes en Colombia. Una cosa es identificarse geográficamente ("soy chocoano"), y otra es hacerlo en cuanto a lo étnico; y es aquí, entonces, donde ha existido lo que podría considerarse como una diáspora etnonímica, pues no ha existido convergencia al respecto.
Estimo que todas esas distinciones etnogeográficas, o etnoculturales, en el fondo lo que hacen es crear confusiones que a la postre conllevan al caos de identidad. Es como si –por supuesto, siendo así- se dijera: “Soy negro, pero soy caucano”, etc. Es decir, de este modo se estaría alimentando ese regionalismo del cual las experiencias nos enseñan que nada productivo producen. Todo lo contrario, sólo dejan prejuicios e imaginarios colectivos para darle rienda suelta a la diáspora entre nuestras comunidades; y es aquí cuando uno ve que definitivamente es contraproducente que la especie humana tenga que clasificarse por razas o por etnias, por procedencias geográficas o por otras circunstancias diferenciantes, siendo lo ideal identificarnos únicamente por lo que somos todos: Seres humanos. Está visto que es difícil llegar a esto, lo cual no implica que tengamos que seguir por ese camino.
Espero que el tiempo me dé la razón o me haga advertir con claridad el error de percepción al cual me refiero al comienzo de estas líneas. También espero que no estemos frente a otra de las actitudes del Estado –y de otros sectores sociales, sobre todo de las élites- correspondientes a la maquiavélica consigna de “divide y reinarás”.
Lo peor del caso es que los mismos afrocolombianos nos prestemos para eso que considero como un completo embrollo, un bulto de anzuelos. Inventamos todo tipo de etnónimos o categorías de identidad, pero nada que se llega a un consenso. Bien lejos percibo el día en que esto se pueda alcanzar. Pero, aunque tal situación no deja de ser importante, pienso que a la larga eso no es lo que nos debe quitar el sueño. Hay cosas más importantes. Aquí lo trascendental es que entendamos nosotros, y lo mismo hagan los no negros, que todos pertenecemos a la especie humana; que si en toda la Humanidad se advierten diferencias en el color de la piel, esto no es porque unos sean mejores que otros; sino, que todo obedece a factores de adaptación al medio ambiente, a circunstancias climáticas. Así lo ha dictaminado con precisión la ciencia. La sangre que llevan los indígenas, los blancos, los mestizos y los negros, siempre será roja, no cobriza, ni blanca ni azul ni cobriza ni verde. También es pertinente que comprendamos y admitamos que todos tenemos algo o mucho de todos. Como bien dice un refrán “todos somos café con leche, con la diferencia de que unos son más leche, y otros más café”.
Señalo que más confundido quedo cuando en el documento del DNP arriba mencionado, se dice: “Para efectos de redacción, en adelante se utiliza la expresión ‘población negra-afrodescendiente para recoger las categorías de afrocolombianos, palenqueros y raizales”, además de que también se habla sólo de “comunidad negra”, de “población afrocolombiana”. ¡Qué revolvé, por Dios! ¿Eso con qué se come?
Lo que dice el DNP me parece que es un pleonasmo; pues, si alguien es negro, tiene que ser afrodescendiente, sin importar dónde haya nacido, ¿o será que no? Si soy colombiano, soy colombiano; no le hace si es que soy natural de Quibdó, o de Puerto Tejada, o de Sogamoso, o de Armenia, o de Bucaramanga, o de Neiva, o de Cartagena, o de Cali, o de Valledupar, o de Medellín, o de
Urumita, o de Sincelejo, o de cualquier otro sitio de nuestro territorio…
La verdad, me gustaría que los que saben de estos temas (reitero que sólo soy un aficionado a ellos) pudieran hablar con claridad sobre por qué hacen este tipo de diferenciaciones, metiendo a unos y a otros en costales diferentes (hablando este pecho coloquialmente, desde luego), cuando debemos estar en uno solo.
Pienso que, aunque se dice que en Colombia se habla el mejor español o castellano en el Mundo Hispano, muchas veces pecamos por imprecisiones lingüísticas (de semántica, de sintaxis…); pero creo que más en cuanto a interpretación. Llevamos muchísimos años tratando de ponernos de acuerdo con respecto a cuál debe ser nuestro etnónimo, pero nada que lo conseguimos. Cada vez, como queda testimoniado aquí, resultamos más embolatados. Eso creo.
Parece que hace falta que nos de unas clases en este aspecto el lingüista holandés Teun Van Dijk. Él tiene una obra muy buena que habla sobre estos asuntos: El análisis del discurso; que no necesariamente, como se puede creer, alude exclusivamente a los fenómenos de racismo o de discriminación racial o étnica.
CONCLUSIÓN: Por todo lo registrado al comienzo de la nota, con relación a lo que plantean la Presidencia de la República, el DNP, por lo que dicen Jaime Arocha y sus asociados en la obra en referencia, y por lo que en no pocas ocasiones expresan personas de la Etnia Negra en Colombia, ni los palenqueros ni los raizales son afrocolombianos. ¿Será que no? Pues parece que no. Los negros de San Basilio de Palenque son negros que no nacieron ni viven en Colombia… ¡Son palenqueros, nada más! Los negros de San Andrés son negros que no nacieron ni viven en Colombia... ¡Son raizales, nada más! Los negros del Cauca no son afrocolombianos… ¡Son caucanos, nada más!...
De hinojos solicito que alguien me haga el favor de enseñarme cómo debo identificarme: Si como negro, afrocolombiano, afromestizo, negrocolombiano, melanocolombiano, nichecolombiano, morenocolombiano, colomboafro, afrocolombo, morochocolombiano, morenoafrocolombiano, blackcolombian…, o si es que definitivamente no soy más que un afrodescendiente en Colombia, como creo que es lo que realmente soy; como también, naturalmente, un miembro de la Etnia Negra.
NOTA: Lo único nuevo en este escrito es lo que alude al libro de Jaime Arocha y otras personas, como también la referencia al Programa Presidencial para la Formulación de...; pues, lo demás fue desempolvado de mi obra inédita Negros tenían que ser, escrita hace más de 15 años. Desde luego, seguiré desempolvando.